Sigue leyendo para descubrir cómo unirte a nosotras en un estudio de la Biblia en un año.
Este es el año. Lo sé. Puedo sentirlo en mis huesos.
Este año va a ser diferente.
Este año yo voy a ser diferente.
No llegaré al fin del año y encontraré al viejo yo. No, no, no. Seré transformada día tras día, poco a poco. ¿Mi secreto? La Palabra de Dios.
Hay una razón del porqué el 80 por ciento de nuestras resoluciones de año nuevo fallan (la mayoría de ellas en los primeros días del nuevo año). No somos capaces de transformarnos a nosotras mismas en una nueva creación, pues ese es trabajo de Dios y Él ya está trabajando para hacer nuevas todas las cosas. Incluso a mí, incluso a ti.
¿Qué herramienta utiliza Dios con mayor frecuencia para moldearnos? ¡Su Palabra! Si nos comprometemos a abrir nuestras Biblias en el año que tenemos por delante, podemos estar seguras que Dios multiplicará ese esfuerzo para hacernos más como Él.
Mata en un paso tu pasión por la Biblia
Espero que todavía tengas toda la motivación que viene con el nuevo año. Un nuevo comienzo nos da la inyección en el brazo que necesitamos para desear hacer un cambio.
Tal vez, estás bien con tu gran plan de leer la Biblia en un año o disfrutes llenando las páginas de un nuevo estudio bíblico. Esa pasión renovada por la Biblia es un regalo; pero conozco una forma segura de matar esa pasión: hacer que la Biblia se trate de ti.
He visto esta saga jugar muchas veces en mi propia vida:
- Abro mi Biblia para tratar de ser un mejor yo
- Comienzo a estudiar las Escrituras buscándome a mí misma
- Leo la Palabra de Dios buscando historias que se asemejen a mi vida
Y en muy poco tiempo, mi amor por la Biblia mengua.
Hay simplemente muchas otras maneras, más fáciles, de pensar en mí. Puedo deslizar mi dedo en mi teléfono, puedo soñar despierta o puedo hablar acerca de mis esperanzas para el año que viene, puedo hacer todo esto sin profundizar en la Palabra de Dios. Si mi meta es pensar en mí, no tengo que abrir mi Biblia para que eso suceda.
Pensar sobre mí no me transformará. Necesito que mi ojos estén pegados a Jesús, necesito recordar que la Biblia no es un libro acerca de mí, sino un libro acerca de Dios.
Cuando abro mi Biblia con el propósito de descubrir quién es Dios, esto se convierte en un tesoro cargado de riquezas invaluables que no puedo encontrar en ningún otro lado. Mientras más busco a Dios en las páginas de mi Biblia, más fácil es encontrarlo; y entre más lo encuentro, más lo amo y quiero servirlo
Lee con atención la promesa que encontré en el segundo libro a los Corintios 3:18: «Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu».
¿Qué es lo que nos transforma? Contemplar la gloria del Señor. Es a través de mirar a Jesús, tan a menudo como sea posible, que somos hechos nuevos.
Aprende a buscar la gran historia
Quiénes somos y cómo vivimos es la historia menor. Si queremos experimentar ser transformadas este año, tenemos que aprender a mirar hacia arriba, a ver el arco superior. La historia de Dios.
Fijar nuestros ojos en hábitos alimenticios, en cómo decorar la casa o en las metas para el año que viene no moverá la aguja hacia un nuevo tú. Pero abre tu Biblia, una y otra vez; mira a Jesús y observa con asombro cómo Él trabaja en ti.
Me encantaría invitarte a abrir tu Biblia conmigo este año. Únete a Mujer Verdadera 365 y acepta el reto de leer la Palabra de Dios de tapa a tapa en un año. ¡Puedes comenzar hoy! Te animo a que juntas podamos ver cómo toda la Biblia apunta hacia arriba, hacia la historia superior de nuestro Dios extraordinario.
Espero con ansias ver cómo Dios nos transforma a través de su Palabra este año.
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