Por la gracia de Dios acabo de terminar de leer la Biblia por quinta vez. Cuando estaba en mis veinte, nunca se me ocurrió que podía leer la Biblia completa. De hecho, no fue hasta que tuve treinta y tres, en un grupo de discipulado de la iglesia, que mi amiga Jani Ortlund me retó a hacerlo.
Leer la Biblia hasta el final, cambió mi vida para siempre. Antes de eso, mi entendimiento de las Escrituras era como ver un collage de pequeñas fotos pegadas en un cartel. Conocía fragmentos de la Biblia y una gran cantidad de historias bíblicas, pero no entendía cómo todo encajaba. No tenía un contexto para las cosas; es más, pensaba que el Dios del Antiguo Testamento y el Dios del Nuevo Testamento estaban en desacuerdo el uno con el otro.
Ese enero, con el estímulo y la rendición de cuentas de mi grupo de discipulado, abrí mi Biblia en el libro de Génesis y comencé a trabajar meticulosamente a través de esas páginas. Con un promedio de tres capítulos por día, caminé con Abraham en los desiertos de la antigua Mesopotamia y luché junto a Sara mientras ella esperaba por el hijo prometido; observé la crueldad de la humanidad y cómo esto enfureció a Dios. Así, las historias de la ira de Dios comenzaron a tener sentido para mí. ¿Quién querría a un Dios que no se enoja con la opresión, la injusticia, la violación, el infanticidio y la idolatría?
Página tras página, vi el sufrimiento que el pecado siempre trae y el continuo llamado tierno de Dios a su pueblo: «Vengan a mí. Háganme su refugio. Entreguen sus corazones a mí y a nadie más. Vuélvanse de su pecado y vengan a mí». La Biblia no era un libro de reglas, era una historia de amor.
Hoy, el mismo Dios que llamó a Abraham nos llama a nosotros hacia Él por medio de las Escrituras. Su amor por nosotros permanece en el tiempo y nos busca ahora mismo, incluso usando la tecnología moderna de este blog. Cada vez que abres tu Biblia y la lees, estás lo suficientemente cerca de Dios como para sentir su aliento. Es en ese libro sagrado que Él nos habla sobre Él, sobre nosotros y sobre cuánto nos ama.
La primera vez que leí la Biblia de principio a fin aprendí cuatro cosas que cambiaron mi vida y pueden cambiar la tuya. Aquí las comparto contigo:
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Dios está en control
Nadie en toda la historia ha frustrado el plan de Dios (¡no es que no lo hayan intentado!). Piensa en Jonás, Balaam, Faraón, incluso Judas Iscariote. ¿Sabes lo que esto significa para ti? Que puedes confiar en Dios para llevar a cabo su plan para ti. Si tú estás en Cristo, ni siquiera tu pecado puede hacer descarrilar su propósito para ti. Y nada puede llegar a ti a menos que primero pase por su mano. Entonces, ese es un pensamiento que cambia vidas.
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Dios cumple Sus promesas
Dios nunca ha roto una promesa. Él mantiene y cumple sus promesas porque Él es fiel. «Si somos infieles, Él permanece fiel, pues no puede negarse Él mismo» (2 Ti. 2:13). Eso significa que puedes confiar en que Dios cumplirá sus promesas para ti. Mientras lees la Biblia, observa la fidelidad de Dios, anota aquellas promesas y aférrate fuerte a ellas.
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Dios realmente nos ama
La primera vez que leí toda la Biblia, las palabras amor inquebrantable se mantuvieron en mi mente una y otra vez, un libro tras otro. Entonces, comprendí que era más que una frase: era un tema. Dios es absolutamente firme en su amor por sus hijos; de hecho, su ira viene de un lugar de profundo dolor y amor. «Den gracias al Señor, porque Él es bueno; porque para siempre es su misericordia» (1 Cro. 16:34).
Su amor por ti quiere decir que puedes confiar en que su corazón hacia ti es bueno. Con Dios, no tienes que vivir con miedo por un dramático final. Él es un Padre bueno y sabio. Él nunca está tratando de castigarte o perjudicarte. Cuando todo en la vida parece decirte lo contrario, puedes mirar a la Biblia y ver la verdad del amor de Dios por ti.
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Jesús es el verdadero héroe de la historia de este mundo
Desde el principio de los tiempos, Dios ha estado en control de la historia y ha tenido un plan para llevarnos de regreso a Él. Él hizo una promesa para mostrar su amor por ti y por mí, y porque Él es fiel, cumplió esa promesa. Su amor por nosotros es tan inquebrantable que nada, ni siquiera toda la maldad del mundo, puede impedirle enviarnos al Salvador. ¡Qué héroe es ese Salvador! ¡Y Él es nuestro!
«Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro». (Ro. 6:23)
La Biblia corrige nuestro entendimiento acerca de Dios. Con la ayuda del Espíritu Santo, podemos conocer realmente a Dios a través de su Palabra. ¡Apúntame para eso! porque yo necesito desesperadamente lo que la Biblia da.
¿Cuál ha sido tu experiencia al leer la Biblia? ¿Alguna vez la has leído completa? ¿Quieres hacerlo? ¿Qué te ha mostrado Dios a través de aquellas páginas sagradas? Cuéntanos en los comentarios abajo.
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