Cómo enfrentar la batalla espiritual: prácticas de la Palabra de Dios

¿Qué viene a tu mente cuando enfrentas una situación a la que tienes que responder inmediatamente? ¿Qué es lo primero que piensas ante una tentación? ¿Qué recuerdas cuando te están diciendo todo lo contrario a lo que Dios dice de ti? Lo que respondas es la información que has almacenado en tu mente, que has experimentado con tu vida y a la que te has habituado en creer; la realidad es que vivimos en una batalla espiritual todos los días. Estamos bombardeadas de «Mira esto», «Sé como ella», «Busca en esto la felicidad», solo para darte cuenta que nada de esto te satisface verdaderamente. ¿Cómo luchas eficazmente?

Quiero compartir contigo cuatro estrategias para la batalla espiritual que enfrentas día a día.

Estrategia #1: Lee la Biblia diariamente

«Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón». -Deuteronomio 6:6

No podemos luchar contra las tentaciones que se nos presentan ni contra los pensamientos que alborotan nuestra mente cuando estamos inquietas, dudosas o insatisfechas; es decir, si no estamos renovando nuestra mente en la Palabra de Dios. Recuerda que solo la verdad contrarresta la mentira, solo la paz del Señor aquieta nuestra alma. Por eso, escoge un plan de lectura iniciando con una carta pastoral. Todos los días léela de corrido y subraya o escribe lo que más te llame la atención o haya impactado tu corazón. No te preocupes por el tiempo que te tomará, estás cultivando el hábito de estar en la Palabra para conocer a Dios y guardar Su Palabra en tu corazón.

Estrategia #2: Medita en lo que leíste

«Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz». -Romanos 8:6

A medida que te aplicas a leer la carta que escogiste, también sé intencional en meditar en ella durante el día. ¿Qué ideas o pensamientos te dejó? La meditación no es un acto que haces apartada en el silencio, es la acción de poner tu mente en la idea de lo que has leído o aprendido. Por ejemplo, si decides leer la carta de Efesios, después de leerla toda, enfócate en el primer capítulo hasta que comprendas de qué trata. Puedes preguntarte: ¿qué significa que Dios me escogió antes de la fundación del mundo? (Ef. 1:4). O ¿cómo vivo el versículo 11 según el designio de Su voluntad? O puedes compartir con otra persona lo que más te impactó del capítulo. Todo esto te ayuda a tener tu mente en la Palabra.

Estrategia #3: Memoriza un versículo

«Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría, enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en sus corazones». -Colosenses 3:16

Luego de leer toda la carta, cada semana lee con más detenimiento un capítulo. Escribe el tema central que consideras que el capítulo está enseñando, luego escoge un versículo que apunte a ese tema central. Escribe el versículo y conviértelo en una oración. Luego, en voz alta repite al menos diez veces el versículo. Durante el día, repítelo varias veces pensando en las maneras en que puedes aplicar ese versículo a tu vida. Si necesitas escribir el versículo en tarjetas que puedes pegar en tu baño, tener en tu mesa de noche, en tu carro o en tu bolsa, hazlo. Puedes grabarlo en la aplicación de notas de voz y escucharte. ¡Todas tenemos la capacidad de memorizar! La clave está en la repetición. Incluso, puedes archivar los versículos que estás memorizando bajo temas, por ejemplo: si escoges Efesios 2:8-9 el tema es «salvación por gracia», y seguir agregando versículos que se refieran a este tema tales como Tito 3:4-6.

Estrategia #4: Practica y vívelo

«En mi corazón he atesorado Tu palabra, para no pecar contra Ti». -Salmo 119:11

Ahora bien, lo más importante de la memorización de versículos es hacer viva esa Palabra en tu vida —conectamos mente y acción—. La llenura del Espíritu Santo es la mejor arma contra la batalla espiritual que diariamente enfrentamos (Gal. 5:16, 25; Ef. 5:18). El sistema operativo de nuestro ser es el corazón, donde están nuestros pensamientos, deseos y motivaciones que se renuevan a medida que están saturados de la Palabra de Dios con el objetivo de parecerse más a Cristo. Aquí yace el éxito de la memorización de la Palabra, cuando tu vida refleja a Cristo. 

Conclusión

Querida amiga, todos los días planificamos, somos creativas para adornar nuestro cuarto o para vestirnos; incluso cuando estamos estudiando planificamos nuestras clases, horarios de estudio, etc. ¿Por qué no hacemos lo mismo con la lectura, meditación y memorización de la Palabra de Dios que es el alimento de nuestro corazón? ¡Se trata de tu vida espiritual! No puedes conformarte con menos si tienes al Espíritu Santo morando dentro de ti. La guerra espiritual se lleva a cabo dentro de tu corazón; son nuestras pasiones y deseos que combaten dentro de nosotras las que estorban nuestro caminar en paz, gozo, confianza y seguridad en Cristo. 

Pablo dijo a Timoteo que sufra las penalidades como buen soldado de Jesucristo (2 Ti. 2:3), refiriéndose a soportar la oposición y negarse a sí mismo. ¿Acaso no es lo mismo que Jesús dijo a sus discípulos? «Entonces Jesús dijo a Sus discípulos: “Si alguien quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y que me siga”» (Mt. 16:24). Si eres discípula de Cristo, ya estás en una batalla espiritual contra tus deseos, las maquinaciones de Satanás y las enseñanzas del mundo, pero no estás desprovista de ayuda. El Espíritu Santo te ilumina para que puedas decir como Jesús: «Escrito está». Llena tu corazón de la Palabra de Dios, memorízala y vive en la victoria que Cristo ya te ha dado. 

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Sobre el autor

Susana de Cano

Susana vive en la Ciudad de Guatemala. Es esposa de Sergio Cano con quien tiene tres hijos, Sergio Alejandro, Daniela y Susi, quien recientemente esta casada con Esteban. Es apasionada por enseñar la Palabra de Dios a otras mujeres para … leer más …

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