¡Felicidades! Sea que hayas terminado la preparatoria, universidad, o posgrado, es algo importante, un logro digno de celebrar. Estoy orgullosa de ti. ¡Bien hecho!
Es tan fácil envolverte en trivialidades en un momento como este. Ir de fiesta de graduación en fiesta de graduación diciendo cosas como:
¡Lo hiciste!
Este es un comienzo, no un final.
Haz lo que amas, ama lo que haces.
Atrévete a soñar.
Recuerda, el futuro te pertenece.
Esos sentimientos ciertamente son cálidos y agradables, y se ven muy bien escritos con el betún del pastel de graduación. Pero les falta un ingrediente clave: La Verdad de Dios. Así que antes de que lances tu birrete al aire, ¿está bien si paso al micrófono con mi discurso de graduación? Yo sé que no soy la estudiante con calificaciones más altas, tus maestros o compañeros no me escogieron para esta posición, pero ¡oh!, tengo un amor por tu generación. Tengo altas expectativas para cada una de ustedes, no porque “hoy es el primer día del resto de sus vidas”, sino porque Dios tiene altas expectativas para ustedes. El desea usarlas para contar una historia de quién es Él a un mundo que necesita desesperadamente escuchar esto.
Así que sin más preámbulos, aquí está mi “discurso” para la clase graduada del 2017.
Graduadas,
Ya que parece que todos los buenos discursos de graduación comienzan con una cita, aquí está una que pudieran no haber escuchado antes:
¿No era lo que esperabas? Una disculpa.
Es solo que veo muchos Uzías al mirar este público. Dios bendijo a Uzías. Lo nombró a la temprana edad de 16 para liderear (vs. 3). Le dio talentos, recursos y popularidad. Como tú, Uzías tenía todo a su favor.
Me encanta la descripción de Uzías que encontramos en el versículo 15, “Por eso su fama se extendió lejos, porque fue ayudado en forma prodigiosa”.
Todo lo que Uzías tenía, era un regalo, dado a Él por un buen y misericordioso Dios. Todo lo que tú tienes, graduada, desde tu mente, a tus oportunidades, y hasta tu beca es un regalo dado a ti por un buen y misericordioso Dios. Tú has sido ayudado prodigiosamente.
No lo olvides. Pide al Señor que marque esta verdad en tu mente. Las oportunidades que están delante de ti ahora no fueron ganadas, no realmente. Son regalos de gracia derramados sobre ti, por un Dios quien te ama y quiere cosas buenas para ti. Después de todo:
“Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación” (Santiago 1:17).
Uzías se envolvió tanto en su propio éxito, que olvidó quién estaba en el trono. Tal vez solo por un momento, Él creyó la mentira de que su vida, su futuro, sus talentos y habilidades—todo se trataba de él.
Hay lecciones que se pueden aprender de la vida del Rey Uzías. No tomemos nuestros diplomas y pasemos de lado la Verdad de Dios.
Uzías era joven.
Aparentemente él tenía oportunidades interminables.
Su futuro se veía prometedor.
Y él lo tiró todo cuando quito su enfoque de Dios y lo pusó en sí mismo. Al final, su legado fue dañado, sus oportunidades desperdiciadas y se encontró a sí mismo aislado. Su deseo de destacarse se cumplió, pero sin la bendición de Dios fue doloroso, no victorioso.
Sí, yo creo que tus logros son dignos de celebrarse y creo que tu futuro es digno de soñar, pero este momento no se trata de ti. Tu vida no debe ser impulsada por lo que tú amas, sino por quien amas. Tu timón debe ser la voluntad de Dios, Su Verdad. Él jamás te va a guiar un camino equivocado. El mayor bien que puedes lograr no es el éxito individual, sino usar tu vida para declarar la gracia y bondad de Dios.
¿Tomarás decisiones sobre los pasos siguientes basada en lo que tú quieres o lo que Él quiere?
¿Buscaras Su voluntad para la siguiente decisión, el siguiente año, la siguiente década de tu vida?
¿Tomarás esta oportunidad para señalar a otros hacia quien Él es o vas a tomar el reflector para ti misma?
¿Vas a buscar primero el Reino de Dios (Mateo 6:33) o como Uzías, vas a buscar construir tu propio reino contigo sobre el trono?
¿Está bien si volvemos a visitar esos cálidos sentimientos por un momento, con una dosis de la Verdad de Dios?
¡Lo hiciste! Porque has sido prodigiosamente ayudada.
Este es un comienzo, no un final. Todas las cosas comienzan y terminan con El.
Haz lo que amas, ama lo que haces. No se trata de lo que amas, sino de a quien amas.
Atrévete a soñar. Atrévete a confiar. Dios tiene planes más grandes para ti de lo que jamás pudieras imaginar.
Recuerda, el futuro te pertenece. Recuerda el futuro le pertenece a Jesús.
Graduadas, estoy mirándolos desde la orilla de mi asiento. No puedo esperar a ver cómo van a levantar en alto la bandera de Verdad en medio de su generación y usar cada regalo, talento, oportunidad y sueño para inclinar los reflectores hacia el Dios quien los moldeó a Su imagen.
Hoy es el primer día del resto de su vida, úsenlo para declarar Su gloria, ya que han sido ayudados prodigiosamente.
Ayúdanos a llegar a otras
Como ministerio nos esforzamos por hacer publicaciones de calidad que te ayuden a caminar con Cristo. Si hoy la autora te ha ayudado o motivado, ¿considerarías hacer una donación para apoyar nuestro blog de Joven Verdadera?
Donar $3¡Hey chicas! Nos encanta escuchar de ustedes, pero nos sentimos limitadas por las formas en que podemos ayudarlas.
Si buscas consejo te animamos a hablar primero con tu pastor o una mujer piadosa en tu vida, ya que ellos sabrán más detalles de ti y te darán seguimiento y ayuda.Lo publicado en la sección de comentarios no necesariamente refleja el punto de vista de Aviva Nuestros Corazones.
Nos reservamos el derecho de remover opiniones que puedan no ser de ayuda o inapropiadas. Puede ser que editemos o removamos tu comentario si: * Requiere o contiene información personal como emails, direcciones, teléfonos. *Ataca a otras lectoras. * Utiliza lenguaje vulgar o profano.
Únete a la conversación