A Dios le importa

«Cuando Josué iba a entrar a la tierra prometida, Dios le dijo: No te dejaré ni te abandonaré… ¡Sé fuerte y valiente! No temas, ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas» (Josué 1:5, 9).

Probablemente estarás iniciando muy pronto una nueva etapa en tus estudios, en tu trabajo o en algún plan que Dios orquestó para ti. Al igual que Josué, te avecinas a conquistar lo desconocido y tendrás nuevas metas que alcanzar. Quiero decirte que a Dios le importan tus decisiones, tu vida es preciada para Él y está atento a tus pasos.

Mi querida amiga, la vida es breve y el tiempo transcurre deprisa. «El hombre es semejante a un soplo; sus días son como una sombra que pasa» (Salmos 144:4). En este tiempo tan valioso, estás de seguro frente a una mezcla de emociones, alegría, temor a lo desconocido, y un deseo por lograr tus anhelos. 

Pero quiero que recuerdes algunas cosas a medida que te enfrentas a esta nueva etapa:

• Aprovecha el tiempo, esfuérzate en aquellas cosas que tienen una permanencia eterna.

En medio de las actividades del día a día, es fácil distraerse y enfocar los esfuerzos en cosas que no permanecerán para la eternidad. Así que, busca desacelerar el ritmo, reevaluar tus tareas y aprovechar cada minuto de tu tiempo buscando honrar y glorificar a Dios en todo. C. T. Studd dijo: «Solo una vida, pronto pasará. Solo lo que se hace para Cristo durará».

«Pero busquen primero Su reino y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas». -Mateo 6:33

• No te olvides de escudriñar la Palabra de Dios.

Aunque tus proyectos cambien, tu prioridad #1 no debe cambiar, busca al Señor a través de Su Palabra. Tu tiempo devocional es lo más importante, pero también te animo a asistir a los discipulados de tu iglesia, a buscar servir a otros, congregarte y compartir el evangelio; todas estas son inversiones para la eternidad. 

«Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito». -Josué 1:8

• Establece límites.

Mientras te preparas para servir a tu sociedad, te enfrentarás a una cosmovisión secular donde probablemente estarás rodeada de personas que no creen en Dios. Podrías ser impactada por el brillo de este mundo, secuestrada por las mentiras de Satanás o tentada a llevar una vida desenfrenada. Es importante que pongas límites.

«Antes bien, examínenlo todo cuidadosamente, retengan lo bueno». -1 Tesalonicenses 5:21

• Encomienda al Señor tu camino.

Tu futuro está en manos del Creador de todo cuanto existe, encomienda a Él tu camino, tus planes. El Señor te guiará continuamente, Él lo ha prometido (Salmos 37:5).

• No te conformes a las vanidades de este mundo.

Dios puede usar tu vida, tu juventud, y tu corazón para que las buenas nuevas de Su evangelio sean conocidas por otros. Nuestra vida y las decisiones que tomemos tendrán un peso con trascendencia eterna. No dejes que tu mirada se desvíe tras los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida (1 Juan 2:16).

• Cuando te enfrentes al porvenir, ten en cuenta vestirte con la armadura de la fe. 

«Por lo demás, fortalécete en el Señor y en el poder de Su fuerza. Revístete con toda la armadura de Dios para que puedas estar firme contra las insidias del diablo. Porque tu lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales. Por tanto, toma toda la armadura de Dios, para que puedas resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firme. Está, pues, firme, ceñida tu cintura con la verdad, revestida con la coraza de la justicia y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Toma el escudo de la fe con el que podrás apagar todos los dardos encendidos del maligno. Toma también el casco de la salvación, y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios. Con toda oración y súplica ora en todo tiempo en el Espíritu, y así, vela con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y ora, para que te sea dada palabra al abrir tu boca, a fin de dar a conocer sin temorel misterio del evangelio,por el cual eres embajadora en cadenas; que al proclamarlo hables sin temor, como debes hablar» (Efesios 6:10-20 Parafraseado).

Amiga que estás leyendo este mensaje, oro que tu fe no falte. Que tu ancla firme esté puesta en nuestro Dios en medio de la tempestad, pero también cuando disfrutes de Sus bondades. No olvides, que a nuestro Dios le importan tus emociones, tus decisiones, tus planes, pero sobre todo tu alma y tu vida. Dios escribe nuestra historia y ninguna circunstancia escapa de Su control. 

A Dios le importa tu vida.