Tal vez te has hecho alguna vez la siguiente pregunta: «¿Qué es lo que más amo en la vida?». No es una pregunta que nos hacemos comúnmente pero que deberíamos hacerla siempre a nuestro corazón.
«Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón». - Mateo 6:21
Un tesoro es lo más valioso que una persona pueda tener, y no necesariamente se refiere a algo material. Algunos ejemplos podrían ser tu carrera, tu novio, tu familia, tus amigos, tus talentos, tus riquezas. Hay muchas cosas que sin darnos cuenta se convierten en lo más importante para nosotros.
Un joven rico le preguntó a Jesús acerca de qué debía hacer para obtener la vida eterna. Era un joven que había cumplido los mandamientos y la ley, pero le faltaba entregar lo que más amaba. Leamos un poco de la conversación de Jesús con él:
«Jesús le respondió: “Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que posees y da a los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sé Mi discípulo”. Pero al oír el joven estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes». – Mateo 19:21-22
Podemos ver que las riquezas eran la prioridad de este joven, cuando lo primero debía ser amar y seguir a Jesús.
Como contraste, podemos ver la vida de Zaqueo, un hombre muy rico. Jesús tuvo un encuentro con él, hablaron, cenaron juntos esa noche y su corazón fue transformado. Este hombre amaba las riquezas, era un recaudador de impuestos, pero al amar y seguir a Jesús, su perspectiva de ver la vida y sus prioridades cambiaron. Leamos un poco de la reacción de Zaqueo:
«Pero Zaqueo, puesto en pie, dijo a Jesús: “Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguien, se lo restituiré cuadruplicado”». – Lucas 19:8
Al ver estas dos historias, ¿con cuál te identificas tú? Uno decidió amar más las cosas de este mundo y el otro decidió amar las cosas del reino de Dios. Esto es solo un ejemplo de cómo las riquezas pueden convertirse en un ídolo del corazón, pero puede ser que para ti lo sean otras cosas.
La Biblia nos habla de poner a Dios en primer lugar en nuestras vidas. No solo como una sugerencia, sino como un mandato:
«Y Él contestó: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”». – Mateo 22:37
Quiero proponerte un pequeño reto de autoevaluación. Esta noche antes de dormir toma un cuaderno y lápiz, y haz una lista de las 5 cosas que son más importantes en tu vida, esas cosas que más amas. Piensa en el tiempo que dedicas a cada una de ellas, después reflexiona acerca del tiempo que dedicas a Dios y a las cosas de Su reino. Esto te puede ayudar a identificar cuáles son las prioridades para ti.
Esto es algo que me está ayudando mucho para mantener la mirada en Cristo. Puedes repetir esto siempre que quieras para estar atenta de cómo está tu corazón.
El siguiente paso luego de hacer tu lista es orar a Dios pidiéndole que te ayude a que Él sea el centro de tu vida. Confiesa delante de Él esas cosas que se están convirtiendo en ídolos para ti. Arrepiéntete. Él está listo para perdonar siempre que vengas a Él y te aseguro que te ayudará en esta petición que le estás haciendo.
¿Cuál fue tu experiencia haciendo el reto de examinar tu corazón? Compártelo con nosotras en la sección de comentarios.
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