6 razones para guardar tus ojos

¿Y qué si la pornografía está en todas partes? ¿Qué importa si te dejas llevar y ves, lees, y escuchas contenido sexual?

Esta es una pregunta de un millón de dólares, y una que se debate acaloradamente. Mientras nadie salga y se llame a sí mismo pro-pornografía, muchos argumentarán que exponerse a contenido sexual no le hará daño. Estas personas están muy mal informadas. Existen 6 razones por las cuales exponerte a la pornografía importa. (Recuerda que pornografía significa simplemente la representación del comportamiento erótico).

  1. La pornografía nos hace comparar nuestros cuerpos con estándares o niveles imposibles.

Cuando vemos perfectas mujeres pixeladas, y luego miramos nuestro propio reflejo, nuestra inclinación natural es a sentirnos al menos.

Vamos a enfrentarlo; las jóvenes que actúan en escenas tórridas de una película, hacen ejercicios. Ellas no tienen celulitis (y si las tienen son bien editadas). Cuando leemos ficción erótica, no vemos jóvenes perfectas, pero la forma en que las describen siempre parece bastante cercana a la perfección. La escena del beso siempre es en el momento oportuno, la joven y el joven siempre saben exactamente que decirse uno al otro, y el pelo de la joven siempre está en perfecto lugar.

Pero….el amor real no es exactamente eso. Así que cuando vemos perfectas mujeres pixeladas, y luego miramos nuestro propio reflejo, nuestra inclinación natural es a sentirnos al menos.

En su libro sobre La suave pornografía juega duro, la Dra. Judith Reisman dice:

“La pornografía nos comunica sutilmente que el valor de una mujer está determinado por la forma y por el tamaño de su cuerpo. Solo aquellas mujeres con una apariencia física perfecta son dignas de ser valoradas, admiradas, deseadas y amadas. Esto puede tener un efecto perjudicial en cómo las mujeres y las jóvenes se ven a sí mismas”. A menudo me pregunto cómo muchas jóvenes quienes luchan contra la anorexia, la bulimia y otros trastornos, están luchando, sin saberlo, para encajar en la imagen proyectada de un ¨10 perfecto¨ de una página principal de una revista de diseños.

No tengo que preguntarme. Yo he dado consejería a suficientes jóvenes como saber que existe una conexión entre la pornografía expuesta y el sentimiento que nos da el saber que no podremos encajar en estas medidas.

¿Por qué es importante si odiamos nuestros cuerpos? Porque la palabra de Dios nos dice:

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. (1 Corintios 6:19-20)

Tu cuerpo es un templo. Tu misión es glorificar a Dios con él. El actuar contra el cuerpo no encaja en esta ecuación.

  1. La pornografía es adictiva

Mirar pornografía nos provee de una fuerte dosis de dopamina (un químico cerebral que se libera cuando sentimos un placer intenso), ha sido probado que es progresivo y adictivo. Cuando te casas, vas a querer unirte a tu esposo, pero por haber estado expuesta a la pornografía, vas a requerir más y más imágenes que te estimulen a conseguir la respuesta neuroquímica que anhelas.

En 2 Pedro 2:19 dice: “Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció”.

Cuando eres adicto a algo, te conviertes en esclavo de eso. La pornografía tiene señales reveladoras de pecado que son difíciles de dejar y siempre te dejan deseando más.

  1. La pornografía daña tus expectativas

Exponerse a la pornografía ha demostrado que distorsiona los puntos de vista de los usuarios sobre la sexualidad. Un estudio muestra que estar expuesto a la pornografía puede causar que las personas crean:

  • La mayor alegría sexual viene sin un compromiso duradero.

  • Las parejas esperan que su compañero sea infiel.

  • Existen riesgos de salud en las represiones de los impulsos sexuales

  • Los niños son compromisos y obstáculos

  1. La pornografía sube la temperatura

Los investigadores también han observado que los adolescentes expuestos a una gran cantidad de contenido sexual en la televisión, son dos veces más propensos a tener relaciones sexuales en el año siguiente que las personas expuestas a poco contenido sexual. Ese mismo estudio también mostró un aumento en otros comportamientos sexuales entre los adolescentes que tenían una exposición frecuente a imágenes sexuales.

La pornografía tiene signos reveladores de pecado que son difíciles de dejar y siempre te dejan deseando más.

Los investigadores llegaron a la conclusión de que la pornografía, incluso cuando es "leve", crea la impresión de que el sexo es más central en la vida diaria de lo que realmente es, y hace a los jóvenes a buscar experiencias sexuales.

Hebreos 13:4 nos dice: Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.

Dios nos pide que guardemos el sexo para lecho matrimonial (que significa esperar hasta que digas: "Sí, acepto"). La pornografía despierta deseos sexuales que hacen más difícil la espera.

  1. La pornografía es barata.

Quizás el efecto más devastador de la pornografía es que reduce el sexo a un simple acto físico. La pornografía elimina el componente emocional y espiritual del sexo. Dios diseñó el sexo para crear la intimidad duradera. No se puede tener intimidad con una imagen retocada en una revista. No se puede tener intimidad con una persona pixelada en la pantalla de un ordenador.

En un estudio de investigación, se le pidió a un grupo de adolescentes que escogieran de una lista de veinte artículos, los seis artículos más importantes para ellos. La opción número uno (67 por ciento) era una relación estrecha e íntima con alguien del sexo opuesto. En la mayoría de los casos, el sexo era el último elemento seleccionado.

Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. (Génesis 2:24).

El plan de Dios es una conexión entre el marido y la mujer que sea cercana, que se vuelvan como "una sola carne." La pornografía es un sustituto barato para este plan. Incluso si la estas tomando en pequeñas dosis, te está impactando negativamente. Ese conocimiento debe motivarte a protegerte diligentemente de la exposición a contenido sexual.

  1. La pornografía lleva a la lujuria

Jesús trazó una línea dura en el área de exposición sexual.

Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. (Mt. 5:27-28)

El punto de Jesús era que no tenemos que llevar a cabo nuestros impulsos sexuales para estar en pecado. Para la lujuria solo es necesario el deseo, desear algo, tener un apetito por eso.

  • ¿Cuándo ves esa película con una escena de romance acalorada, no se desearías eso para ti?

  • ¿Cuándo lees sobre un encuentro sexual, no hay una parte de ti que quiere más?

  • Se honesto, no se te alimenta un apetito por más romance, más contacto, más exposición?

Dios no es como un policía en el espejo retrovisor, siempre al acecho para atraparnos saliéndonos de la línea. Él está más preocupado por el estado de nuestros corazones. Es por eso que Él nos advirtió fuertemente contra la lujuria y representación de pecado sexual. El estándar de Dios es: "No deseo", no sólo "no actuar." Tenemos que aplicar esto cuando decidimos lo que permitimos entrar a nuestros corazones y mentes.

¿Por qué Dios aborrece tanto la lujuria? Porque divide nuestro corazón. Nos aparta de Dios, que nos ama y nos deja en los anhelos de nuestro pecado (que siempre conduce a la muerte) en lugar de anhelar una relación con él.

Con estos riesgos en mente, claramente la pornografía es más que entretenimiento. Existe una gran motivación aquí para mantenerse alejado de contenido sexual, incluso si otros se encogen de hombros.

¿Dónde encuentras la tentación de ver contenido sexualmente explícito? ¿Qué haces para proteger tus ojos? ¡Corre a Cristo en arrepentimiento y encuentra la libertad que solo Él puede ofrecerte!

Nota: Porciones de este artículo se han tomado de The Bare Facts: 39 Questions Your Parents Hope You Never Ask About Sex  escrito por Erin y Josh McDowell. (Solo disponible en Inglés).

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Sobre el autor

Erin Davis

Erin Davis es una autora, bloguera y oradora a la que le encanta ver a mujeres de todas las edades correr hacia el pozo profundo de la Palabra de Dios. Es autora de muchos libros y estudios bíblicos, incluidos Beautiful … leer más …

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