4 maneras prácticas de guardar tu corazón

Seguramente has escuchado el viejo refrán que dice: «Para el amor no hay edad». Este refrán hace referencia a que podemos enamorarnos a cualquier edad. Estoy de acuerdo, pero también creo que es necesario hablar de la importancia de guardar nuestro corazón cuando estamos experimentando enamoramiento y también cuando esa etapa ya pasó y no fue lo que esperabas.

¿En qué etapa estás? Puede ser que estés comenzando a fijarte en los chicos de tu escuela y que haya alguno que te llame la atención. Puede ser también que uno de ellos te haya invitado a salir o busque tener un acercamiento más allá de la amistad. ¿Cómo te hace sentir eso, qué experimentas? ¿Alegría, sorpresa, emoción de ver a la persona? Quizá lo veas como la persona perfecta para ti. 

Puede ser que estés en la etapa en la que lo maravilloso del enamoramiento está pasando y ya te has percatado de que no todo lo que habías visto y creído es real al 100%. Puede ser que te hayas dado cuenta de que el hombre que veías perfecto también tiene defectos y también peca. Puede ser que te hayan desilusionado, tu corazón ha salido lastimado, y por ese motivo, ahora estés sufriendo.

Momentos

Todo tiene un tiempo, nos dice la Biblia. «Tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de lamentarse, y tiempo de bailar» (Ecl. 3:4). En muchas ocasiones experimentaremos este versículo; muchas veces estaremos llorando y después riendo. En muchas ocasiones nos dolerá el alma de tal manera que pareciera que no hay salida, pero después experimentaremos una alegría que no podremos explicar.

Es parte de la vida en este lado de la eternidad. Seguimos viviendo en un mundo caído, en un cuerpo que aún experimenta los embates del pecado y seguimos conviviendo con personas que experimentan eso mismo en su propia vida. Todas, mientras estemos aquí, tendremos momentos de aflicción y momentos de regocijo; y, en esos momentos, están incluidos todos aquellos en los que nuestro corazón está experimentando enamorarse y desenamorarse también.

Guarda tu corazón

Tendremos esos momentos, pero no sabemos cuándo. Sabemos que no serán para siempre, pero con seguridad, cuando los experimentemos, parecerá que el dolor de nuestros corazones no terminará nunca. ¿Qué podemos hacer? La Biblia nos menciona en Proverbios 4:23: «Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida».

Hay mucho qué decir de este breve versículo. El proverbista nos anima a guardar nuestro corazón de manera sabia, porque de él brota la vida. Quizá hayas leído los versículos que dicen que el corazón alegre hermosea el rostro y que de la abundancia del corazón habla la boca; esto nos deja ver cuán importante es el corazón para nuestra vida diaria. Por eso se nos instruye a guardarlo, pero, ¿en qué áreas podemos guardarlo?

Guarda tu corazón de las voces de la cultura

En la cultura que impera estos tiempos se han levantado muchas voces que nos están diciendo que somos nuestros propios dioses, somos las dueñas de nuestras vidas, nuestro cuerpo es para que hagamos con él lo que queramos. Si lo vemos a la luz de las Escrituras, sabremos que todo eso es una mentira que, de creerla, nos hará mucho daño, y sufriremos las consecuencias. 

Guarda tu corazón de las voces de la cultura, no creas la mentira de que no importa lo que hagas, que no importa si tienes muchos novios o si sales con más de uno a la vez; no creas la mentira de que eres muy joven y necesitas experimentar con más hombres antes de casarte y dedicarte a uno solo. No lo creas.

Recuerda la Palabra de Dios cuando nos dice: «¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos? Porque han sido comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios» (1 Cor. 6:19-20).

Guarda tu corazón a las palabras seductoras

Alguien dijo un día que las mujeres nos enamoramos a través del oído. Estarás de acuerdo conmigo que hay mucha verdad en esa afirmación. A las mujeres nos gusta escuchar cuán bellas nos ven, nos gusta escuchar que somos amadas, admiradas, vistas por alguien más, sobre todo por la persona que nos gusta o de quien comenzamos a enamorarnos.

Sin embargo, aun en las palabras lindas que otros nos dicen, debemos hacer uso del discernimiento, porque podemos ser seducidas rápidamente o inclusive por las palabras de alguien que solamente quiere aprovecharse de nosotras. 

Recuerda la Palabra de Dios cuando dice: «Con sus palabras persuasivas lo atrae,
Lo seduce con sus labios lisonjeros. Ahora pues, hijos míos, escúchenme, y presten atención a las palabras de mi boca. No se desvíe tu corazón hacia sus caminos, no te extravíes en sus sendas» (Prov. 7: 21, 24-25).

Guarda tu corazón y escucha a tus padres

Una manera de guardar tu corazón para evitar ser lastimada, es confiando en tus padres acerca de lo que estás sintiendo para recibir consejo de parte de ellos. Si tus padres conocen al Señor, ten por seguro que te darán un consejo sabio de parte de Él, y te ayudarán a discernir si las decisiones que estás tomando respecto a algún chico son las correctas.

También puedes acudir con alguna hermana mayor en la fe para ser escuchada y recibir consejo. No eches en saco roto las palabras que tengan que decirte tus padres o las hermanas piadosas en tu iglesia. Busca consejo sabio y confía en el Señor, esas son las palabras que te ayudarán para tu bien.

Recuerda la Palabra de Dios cuando dice: «Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre; porque son guirnalda de gracia para tu cabeza, y collares para tu cuello. Hijo mío, si los pecadores te quieren seducir, no consientas» (Prov. 1:8-10).

Guarda tu corazón y recuerda Su Palabra

La mejor manera de guardar nuestro corazón es yendo a la Palabra de Dios para conocerlo mejor y para aprender a discernir lo que puede estar engañándonos. Su Palabra es suficiente para entender que hemos pecado y nos indica qué hacer para limpiar nuestro camino.

Es en la Palabra de Dios donde encontramos dirección a nuestra vida y nos ayuda a guardar nuestro corazón para evitar ser lastimadas. 

Sabemos, como dije al inicio, que habrá momentos en los que sufriremos y otros nos lastimarán, pero seamos diligentes en conocer la Palabra de Dios para no estar en tinieblas ni en ignorancia cuando esos momentos de dolor se nos presenten.

Recuerda Su Palabra cuando dice: «¿Cómo puede el joven guardar puro su camino? Guardando Tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de Tus mandamientos» (Sal. 119:9-10). Y que sea Dios guiando tus pasos y guardando tu corazón en las relaciones de amistad y romance. 

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