Escrito por Sarah Garrett
Imagínate que alguien viene y te pregunta, «¿Cuáles son las tres cosas que las personas más necesitan?» La mayoría de nosotras probablemente contestaría alimento, ropa y albergue.
¿Qué tal si alguien te preguntara sobre las necesidades básicas para la supervivencia emocional? ¿Qué se necesita no solo para ayudarte a sobrevivir, sino para prosperar? Ya que este es un blog para mujeres jóvenes, reduzcamos esa pregunta un poco más: «¿Cuáles son las necesidades emocionales primarias de las jóvenes adolescentes?»
Al buscar respuestas, un patrón emerge y repetidamente surgen tres necesidades específicas.
El Supremo Proveedor de tus necesidades
Antes de abordar las necesidades, quiero dejar claro que Dios es la suprema fuente de satisfacción de nuestras necesidades. (Cada sección en el resto de esta publicación comienza con un versículo para probar esto.) Sin embargo, Dios también nos diseñó para poder satisfacer las necesidades de otros.
Durante la mayor parte de tu vida, hasta ahora, tus necesidades han sido satisfechas por tus padres. (¡Eso espero!) Al ir creciendo, en los años de la adolescencia, tú cambias: tus papás no son los que satisfacen todas tus necesidades emocionales sino que buscas que otros satisfagan esas necesidades. Típicamente buscamos a nuestra «persona especial», para que satisfaga esos anhelos profundos.
Tener un novio no es «malo», pero si tus necesidades están deficientes en cualquier área, una relación romántica se puede tornar desastrosa rápidamente. Permíteme explicarte.
Necesidad #1: La necesidad de ser amada
«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan 3:16).
Dios nos ama tanto que Él envió a Jesús a morir en una cruz para pagar el precio de nuestros pecados. Él añora tener una relación con nosotras y derramar Su amor sobre nosotras. Su provisión de amor jamás se va a secar y nunca nos va a fallar. Después de todo, «Dios es amor» (1 Jn. 4:8).
La trágica verdad es que si no nos sentimos amadas, vamos a buscar amor en cualquiera que nos lo dé. Esta puede ser una receta para el desastre cuando se trata de relaciones que nos motivan a hacer concesiones para podernos sentir amadas.
Necesidad #2: La necesidad de ser aceptada
«Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios» (Rom. 15:7 NVI).
Ansiamos aceptación. Queremos gustarles a las personas, que sean nuestros amigos y sentir que tenemos un lugar en el mundo. A través de Cristo, ya somos aceptas. Somos creadas para emular a Cristo. Ya que Cristo nos acepta, nosotras debemos aceptar a otros.
Si nuestro deseo de aceptación nos lleva a la desesperación, no nos importará cuánto cambiemos o lo que tengamos que dar para ganar esta aceptación. Cuando la aceptación únicamente viene de una relación romántica, hay una tentación de hacer lo necesario para satisfacer esa necesidad, sin importar, en última instancia, cómo va a afectar nuestra vida.
Necesidad #3: La necesidad de ser deseada
«Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó» (Gen. 1:27).
Al leer el relato de Génesis, vemos que Dios deseaba una relación con Adán y Eva. Él no solo los creó y los abandonó para que ellos solos intentaran descubrir la vida. Él hablaba con ellos. Él los guiaba. Él los buscaba. Esto solo cambió después de que Adán y Eva pecaron. Sin embargo, el deseo de Dios de estar en una relación ininterrumpida con el hombre no desapareció. Sabemos esto porque Él envió a Jesús, y después envió al Espíritu Santo, a fin de morar con nosotros una vez más.
Esta necesidad de ser deseada es fuerte cuando se trata de relaciones románticas. Los medios saben esto, y ganan cantidades exorbitantes de dinero explotándolo. Solo piensa en todas las películas sobre «princesas». El príncipe mata al dragón y lucha contra cualquier obstáculo porque desea a la princesa. *Suspiro...
Sin embargo nuestros deseos no son mejor satisfechos por un guapo príncipe humano, sino por el Príncipe que ha declarado Su deseo de conocernos a través de Su Palabra.
En otras palabras, «No confiéis en príncipes, ni en hijo de hombre en quien no hay salvación» (Sal. 146:3).
Antes de recurrir a otros …
Dios puede satisfacer cualquiera de tus necesidades. Él también quiere que estemos en relaciones saludables con personas que llenen esas necesidades.
Antes de estar en alguna relación romántica, debes asegurarte de que tus necesidades estén satisfechas fuera de esa relación. Si no es así, vas a buscar satisfacer tus necesidades en la relación… y en última instancia, no va a funcionar.
¿Crees que tengas estas necesidades?
¿Están siendo satisfechas de manera saludable?
¿Hay más necesidades que no mencioné?
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