10 Formas prácticas para dejar de lado la ansiedad social

¿Batallas con la ansiedad social? Esta joven sí. Ella pregunta:

¿Cómo enfrentas la ansiedad social? Yo me pongo muy nerviosa cuando estoy con otras personas y siempre me siento muy incómoda. He estado orando por eso, pero sigo batallando. Quiero evangelizar a otros, ¡pero prácticamente me da un ataque de pánico cuando lo hago!

Así que para ella – y alguien más que se pueda identificar – aquí hay diez maneras útiles que personalmente me han ayudado a sobreponerme a la ansiedad social.

Primero, sin embargo, una advertencia: Si eres introvertida, ¡no necesitas llegar a ser extrovertida! Piensa en la siguiente lista de sugerencias como herramientas que puedes tomar o dejar. Nadie te está pidiendo que obtengas toda una nueva personalidad y te conviertas en la persona más sociable de la fiesta. Lo que  estamos buscando es amar y recibir a otros así como nosotras hemos sido amadas y recibidas por Dios a través de Cristo.

Esperamos que una o más de estas sugerencias te sean de ayuda.

  1. No te escondas detrás de tu teléfono. Guárdalo cuando estés con otras personas. Va a ayudar a que los demás sientan que te preocupas por ellos y te va a ayudar a involucrarte más fácilmente. Estoy adivinando que en realidad eres mejor de lo que crees en involucrarte con las personas cuando tu teléfono no está compitiendo por tu atención. ¡Tú puedes hacerlo!
  2. Debes saber que tu aprobación no viene de las personas sino de Dios. Si estás buscando que las personas te digan lo que vales, vas a temer a las personas en lugar de amarlas. Recuerda que todos somos iguales, cada uno creado a la imagen de Dios. Si tú has rendido tu vida a Cristo, ahora tienes la aprobación completa de Dios. Y se te ha dado la misión de amarlo a Él con todo tu corazón y de amar a otros como a ti misma. Debes dejar de lado la ansiedad social para amar bien a otros.
  3. No tengas miedo de sentirte incómoda. No puedo contar cuántas veces he dicho o hecho cosas que me han dejado sintiendo incómoda. Pero mira esto: No es pecado sentirte incómoda. Sin embargo, sí es una violación a la ley de Dios no amar a otros. Para no permanecer incómoda perpetuamente, date a ti misma permiso de sentirte incómoda por un tiempo. Y si lastimas a alguien en el proceso, asegúrate de buscar perdón.
  4. Haz preguntas. Si no puedes pensar en qué preguntar en ese momento, no es trampa el tener algunas preguntas preparadas. Por ejemplo, cuando veo a alguien nuevo en la iglesia. Frecuentemente pregunto: «¿Cuánto tiempo llevas asistiendo?« seguido por un: «¿Cómo supiste de nosotros?». Entonces puedo comenzar a pensar en otras preguntas espontaneas para hacer una vez que la conversación comienza.
  5. Presta atención. Ahora que ya has hecho una buena pregunta, ya hiciste tu parte, ¿correcto? ¡No! No dejes que tu mente se distraiga. Escucha bien cómo responden a tu pregunta. No te preocupes por pensar en lo que vas a responder o en cuál va a ser tu siguiente pregunta, solo presta atención y escucha bien.
  6. Si realmente quieres ir la milla extra, toma notas después de haber platicado con ellos mientras la conversación esta aún fresca en tu mente. Frecuentemente tomo notas en mi teléfono cuando conozco a alguien nuevo y con quien creo que me pueda volver a topar. Mis notas consisten en su nombre más algunas características distintivas y tal vez algo interesante que aprendí sobre ellos. De esa manera, siempre puedo volver a leerlas si (está bien, ¡cuando!) olvido su nombre.  
  7. Ora. Incluso cuando normalmente quiero salir del edificio en cuanto se termina el servicio los domingos, he hecho el hábito de preguntarle a Dios: «¿Con quién quieres que platique hoy?» y luego comienzo a buscar alguien con quien presentarme o a quien decirle «hola». ¡Casi siempre somos las últimas en salir del lugar!
  8. Practica. Esfuérzate. Intenta no salir del edificio el domingo hasta que hayas encontrado a alguien con quien platicar. Practica comenzar una conversación con la cajera en el centro comercial. Intenta sonreír a extraños con los que te topes en la calle o en los pasillos en la escuela. Observa e involúcrate con las personas a donde sea que vayas, así como Jesús lo hizo mientras Él vivió en la tierra.
  9. Recuerda que otros también son inseguros, y no lo tomes personal si no parecen interesados en seguir la plática. No tienes que ser amiga de todos, pero sí debes buscar ser consistentemente amigable. No solo platiques con tus amigos con quienes te sientes cómoda. Busca nuevos rostros y haz tu mejor esfuerzo para ayudarlos a sentirse bienvenidos.
  10. Enfócate en llegar a ser una que realmente está allí. Así como lo dijo el misionero Jim Elliot, dondequiera que te encuentres, procura estar completamente allí.

¿De qué me olvidé? ¿Algunos otros consejos que te han sido de ayuda para dejar de lado la ansiedad social? ¿Por qué crees que es tan importante trabajar en esto?   

Ayúdanos a llegar a otras

Como ministerio nos esforzamos por hacer publicaciones de calidad que te ayuden a caminar con Cristo. Si hoy la autora te ha ayudado o motivado, ¿considerarías hacer una donación para apoyar nuestro blog de Joven Verdadera?

Donar $3

Sobre el autor

Paula Hendricks Marsteller

Paula se graduó del Instituto Bíblico Moody en 2005 con una licenciatura en Comunicación Impresa. Dos semanas más tarde, ella comenzó a trabajar en Revive Our Hearts, donde actualmente se desempeña como Directora de Redacción y Editorial. Su … leer más …

¡Hey chicas! Nos encanta escuchar de ustedes, pero nos sentimos limitadas por las formas en que podemos ayudarlas.

Si buscas consejo te animamos a hablar primero con tu pastor o una mujer piadosa en tu vida, ya que ellos sabrán más detalles de ti y te darán seguimiento y ayuda.Lo publicado en la sección de comentarios no necesariamente refleja el punto de vista de Aviva Nuestros Corazones.

Nos reservamos el derecho de remover opiniones que puedan no ser de ayuda o inapropiadas. Puede ser que editemos o removamos tu comentario si: * Requiere o contiene información personal como emails, direcciones, teléfonos. *Ataca a otras lectoras. * Utiliza lenguaje vulgar o profano.


Únete a la conversación