Vidas cambiadas
Cada día espero con ganas los treinta minutos de inspiración y del mensaje enérgico y estimulante que Nancy trae a mi jornada de trabajo a través de mis auriculares de radio. Este programa ha traído risas a mi corazón, lágrimas a mis ojos, por no mencionar los dolores de convicción.
-MONICA, PA
Vine a conocer a Jesucristo como mi Señor y Salvador a principios de este año y he sido tan bendecida por tu programa. Lo escucho todos los días camino a mi trabajo y recibo inspiración y guía para el día. Lo que haces es realmente una bendición. He aprendido mucho, y espero aprender más acerca de Noé en las mañanas próximas. Gracias por todo lo que haces para difundir la Palabra de Dios.
-Anónimo
He estado sirviendo en la junta de la iglesia durante casi seis años, y ha sido una lucha real: desgarradora y agotadora para mí y mi familia. He buscado en las Escrituras, orado por sabiduría, y buscado consejo piadoso. Tus programas en la iglesia han sido afirmantes, animantes y sutiles. Su ministerio es un verdadero regalo de Dios. Aprecio el corazón que ofreces en tus programas, lo cual es muy refrescante.
-Anónimo
Necesito decirte el impacto que tú has tenido en nuestra vida familiar. Todo comenzó con la semana que hablaste sobre respetar nuestros esposos. Tengo que admitir que hasta entonces no escuchaba conscientemente, pero desde esa vez he escuchado todos los días, y cada día parece que Dios te da las cosas que necesito escuchar para lo que está pasando en mi vida.
-Anónimo
Esa semana cambio mi matrimonio para cada uno de nosotros. La transmisión de esta semana sobre ‘Seguir los Líderes’ golpeo otra área de necesidad. No veía el fuego en nuestra iglesia que pienso es esencial para el crecimiento continuo. Lamentablemente, dejé de asistir a la iglesia. Luego me di cuenta por las cosas dichas en la transmisión que las áreas de debilidad están conmigo también, y que el retirarse no es la respuesta correcta. Quería agradecerte por haber tocado nuestras vidas y ayudarnos con las respuestas correctas y piadosas.
-Anónimo
Nancy, has sido una gran bendición en mi vida y en las vidas de otras mujeres que conozco. Los últimos siete años han sido una época de real transición para mí. Cuando tenía quince años, le dije a Dios que esperaría por el hombre que Él me enviaría. Hubo muchas ocasiones cuando sentí que Dios me había olvidado, y quería tomar el asunto en mis propias manos. Aun así, yo conocía la verdad; que Él es fiel, y decidí esperar o nunca casarme, si esa era la voluntad de Dios. Mi esposo y yo nos casamos tarde en la vida, siete años atrás cuando yo estaba apenas por debajo de los 41 y él tenia 35 años. Nunca me he arrepentido de haber esperado! Aunque hemos perdido tres bebés, tenemos un hijo sobreviviente que es nuestro regalo de Dios. Que deleite ella es! Con frecuencia ella escucha a Nancy conmigo. Debido a estos cambios, mis tiempos con el Señor han parecido más difíciles de conseguir. Yo no sé cuantas veces las palabras que tú has hablado han sido dirigidas por el Señor a una área específica de mi vida. He sido cristiana por 41 años y, en su mayor parte, he caminado con el Señor fielmente. Una de las razones es porque he tenido personas como tú que han sido fieles en ‘romper’ la Palabra de Dios y ofrecerla de una manera fresca. Gracias por tu disposición para ministrar tus hermanas en Cristo así como a aquellos que le buscan. Quiero agregar que es una bendición muy particular ver tu corazón de sierva. No siento que estés peleando por un puesto o por autoridad. En la sociedad de hoy en día eso es raro, y es un gozo para el corazón de Dios. Las bendiciones del Señor sean contigo!
-Kathleen, New Hampshire
Quisiera agradecer a Aviva Nuestros Corazones por los edificantes y alentadores programas! Dios los está usando diariamente para convertirme en la mujer piadosa que Dios quiere que sea. Es para mi vergüenza, que mientras más me acerco a Dios, mas me parece que necesito estar aun más cerca de Él, si eso tiene sentido. Él me revela diariamente áreas de mi vida que necesitan mejorar y maneras en las que puedo estar más comprometida con Él.
-Anónimo
Me casé en Mayo del año pasado. Soy ama de casa, y mi esposo me apoya para quedarme en la casa. Recibo muchas presiones de muchas personas, especialmente de mujeres que trabajan fuera de la casa, para que consiga un ‘trabajo real’. Me emociona que tu alientes a las mujeres a cumplir sus roles divinos como esposas y madres quedándose en la casa y estando ahí para sus maridos y sus hijos.
-Anónimo
He estado escuchando tu transmisión por al menos siete años. En muchas ocasiones mi corazón ha sido tocado por tu ministerio. Soy esposa de pastor, madre de 3 hijos adultos, y tengo seis nietos. Muchas gracias por las palabras que necesitaba escuchar en el tiempo que el Señor sabía que necesitaba escucharlas.
-Sharon, Illinois