Reflexión
por Elba Ordeix de Reyes
Hablar de hospitalidad es algo que me apasiona, quizás porque Dios permitió que creciera en un hogar donde fue un valor familiar. Mi casa paterna abría sus puertas a personas a veces extrañas para mí. Siempre había comida para compartir con otros que llegaban sin previo aviso. Éramos intencionales en tener un espacio para servir a quien lo necesitara.
Mi esposo y yo hemos aprendido a hospedar personas e inculcarles este principio bíblico a nuestros hijos por el ejemplo que otros nos han modelado al invitarnos a quedarnos con ellos y sorprendernos en darnos su propia habitación.
«La verdadera hospitalidad comienza en el corazón y luego transforma la forma en que utilizamos nuestros hogares».
¿Por qué la hospitalidad es tan importante? La hospitalidad muestra de una forma única el carácter de nuestro Dios. ¡Él es hospitalario! Creó para nosotros un hogar perfecto —el Edén— este era el lugar …
Hablar de hospitalidad es algo que me apasiona, quizás porque Dios permitió que creciera en un hogar donde fue un valor familiar. Mi casa paterna abría sus puertas a personas a veces extrañas para mí. Siempre había comida para compartir con otros que llegaban sin previo aviso. Éramos intencionales en tener un espacio para servir a quien lo necesitara.
Mi esposo y yo hemos aprendido a hospedar personas e inculcarles este principio bíblico a nuestros hijos por el ejemplo que otros nos han modelado al invitarnos a quedarnos con ellos y sorprendernos en darnos su propia habitación.
«La verdadera hospitalidad comienza en el corazón y luego transforma la forma en que utilizamos nuestros hogares».
¿Por qué la hospitalidad es tan importante? La hospitalidad muestra de una forma única el carácter de nuestro Dios. ¡Él es hospitalario! Creó para nosotros un hogar perfecto —el Edén— este era el lugar donde el hombre moraba con Dios para su deleite, descanso y vida familiar.
Debido al pecado, perdimos ese hogar perfecto bajo la perfecta presencia de Dios. Por eso, Él envió a Jesús para el perdón de nuestros pecados y para abrir el camino de vuelta a nuestro hogar —uno mejor que nos espera. Por eso aprendí a imitarlo, pues mientras esté en este mundo, deseo mostrar Su corazón a los demás desde mi hogar y con lo que Él me ha dado; al final, todo lo que tenemos es de Él, por eso lo podemos compartir con el necesitado.
«No se olviden de mostrar hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles». -Hebreos 13:2
La palabra hospitalidad significa: amar a un extraño. Lo cual hacemos sin recompensa o pago. La verdadera hospitalidad es recibir al extraño, a esa persona que no es como tú, que quizás tiene costumbres diferentes a las tuyas. La hospitalidad se trata menos de una obligación y más de una oportunidad. Al ser apartadas para el servicio de Dios, estamos listas para las buenas obras como un reflejo de que hemos sido salvadas por Cristo.
«¿Y cuándo te vimos como extranjero y te recibimos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y vinimos a Ti?”. El Rey les responderá: “En verdad les digo que en cuanto lo hicieron a uno de estos hermanos Míos, aun a los más pequeños, a Mí lo hicieron”». -Mateo 25:38-40.
La hospitalidad es un medio práctico para mostrar el amor de Dios a los demás, especialmente a los necesitados (Is. 58:7), al extranjero (Job 31:32) y al contribuir a las necesidades de los santos (Ro. 12:13). La hospitalidad no se trata de ti, se trata de mostrar el amor de Dios que ya has recibido por gracia.
Ha habido tiempos en que mi esposo y yo prestamos nuestra terraza para una reunión de solteros de hermanos de la iglesia. Hemos hospedado parejas o personas por dos o tres semanas, personas que no conocemos mucho, misioneros, o que sabemos que tienen necesidad espiritual y física.
Sin embargo, al hospedar, nosotros terminamos siendo los más bendecidos porque aprendemos de la obra de Dios en sus vidas. No se trata de mostrar vidas perfectas, sino Su gracia maravillosa brillando en nuestras vidas totalmente imperfectas para apuntar al perfecto Dios. No se trata de tener una casa de Pinterest, sino de ofrecer un hogar donde Cristo sea mostrado y Su gracia se evidencie en nosotras. La hospitalidad empieza en casa, cuidando de los nuestros y siendo genuinos con los que vienen a conocer nuestro hogar.
Te invito a leer más sobre la hospitalidad bíblica en el recurso: «Eres bienvenida: Abrazando el corazón de la hospitalidad», que hemos preparado para ti en Aviva Nuestros Corazones. Aprenderás sobre la belleza de servir a otros imitando el corazón hospitalario de nuestro Dios.
«Contribuyendo para las necesidades de los santos, practicando la hospitalidad».
- Romanos 12:13