Reflexión

por Albelina Reyes de Hinojosa

«Sean afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra, dándose preferencia unos a otros». -Romanos 12:10

Amistad auténtica, ¿qué significa? Vivimos en un mundo donde tener verdaderos amigos es todo un reto, cada vez vemos más relaciones rotas, familias separadas, traición, rechazo, burlas, contiendas; todo esto entre personas que alguna vez se hacían llamar amigos. Esto ha hecho que incluso muchas personas digan: «Yo no tengo amigos, no se puede confiar en nadie». O prefieren elegir deliberadamente un grupo de amigos especiales, rechazando a otros que no comparten sus gustos, maneras de pensar, condiciones económicas, físicas, intelectuales, etc. Pero, ¿qué dice la Palabra de Dios acerca de todo esto?

La Biblia nos llama a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos:

«Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo». -Mateo 22:39

El amor a mi prójimo es algo que debe suceder independiente de si la persona me agrada o no. La Palabra de Dios también nos llama a no hacer nada por egoísmo o vanagloria, sino que con actitud humilde consideremos a los otros como más importantes que a nosotros mismos: «No hagan nada por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo». -Filipenses 2:3

Esto es totalmente contracultural. La amistad verdadera es aquella que no busca nada a cambio, sino que muestra el amor de Cristo; es aquella que extiende gracia a los demás, esa gracia que recibimos cada día de Cristo.Debemos ser intencionales en compartir con otras personas, encontrando cualidades y características que tenemos en común, tener empatía con otros. Esto lo logramos también cuando el dolor de alguien más se convierte en nuestro dolor, y su alegría nuestra alegría. 

Stephanie O. Hubach lo explica de una manera muy clara, ella dice que todos estamos en el mismo lago, pero en botes diferentes. Esto refleja la realidad bíblica de que todos somos esencialmente iguales, creados a la imagen de Dios, pero nuestras experiencias son distintas. Cristo es nuestro mayor ejemplo de esto, Él se hizo como uno de nosotros al venir al mundo, por amor, con el fin de darnos salvación. Esto lo vemos en Filipenses 2:7, que dice: «sino que se despojó a Sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres».

Podemos iniciar a poner esto en práctica en nuestro propio hogar, con nuestra familia, al encontrar actividades que nos unan. Podrías acercarte a alguna mujer joven y planificar juntas una tarde para compartir. Puedes acercarte a alguna persona con discapacidad, y en lugar de preguntarle solo de su salud, conversen acerca de las cosas que les gusta hacer, sus pasatiempos. Acércate a una madre, aunque tú no lo seas, podrías pasar una tarde con ella y ayudarle en casa con sus pequeños mientras conversan de la obra de Cristo en sus vidas. ¡Busca oportunidades para crecer en unidad y amor con los demás!

Seamos intencionales en desarrollar amistades verdaderas para gloria y honra de nuestro Dios. Cultivemos relaciones duraderas que se caractericen por el amor desinteresado y el cuidado tierno de un hermano.

«En todo tiempo ama el amigo, y el hermano nace para tiempo de angustia». -Proverbios 17:17

Sobre el autor

Albelina Reyes de Hinojosa

Albelina Reyes de Hinojosa

Albelina Reyes nació en la República Dominicana y actualmente vive en México junto a su esposo Santiago Hinojosa desde el 2023 con quién disfruta compartir la Palabra de Dios y servir juntos para la expansión de Su reino. Disfruta de … leer más …