En los últimos años, el término feminidad bíblica ha estado presente en muchas de las iglesias cristianas en Latinoamérica y los Estados Unidos. El número de mujeres que están siendo intencionales en conocer y vivir de acuerdo al diseño con el que Dios las creó va en un considerable aumento.
Nuestra respuesta ha sido ¡amén! al llamado de vivir nuestra feminidad de una manera bíblica. Pero con esa misma intensidad nos hemos cargado de una larga lista de “cosas por hacer” para llegar a nuestra meta.
Perseguir una carrera universitaria, trabajar fuera del hogar, buscar ayuda para tus hijos o abandonar tu carrera para dedicarte a tu hogar a tiempo completo son decisiones específicas que no encontrarás en la Biblia. Lo que sí encontrarás son principios que trascienden a la cultura, preferencias o generaciones, que variarán en su aplicación.
El diseño de Dios es el mismo para toda mujer, pero cada mujer es diferente, cada familia es singular, y la forma de aplicar ese diseño puede variar en cada caso en particular. Dios le ha dado dones diferentes a cada mujer que pueden ser usados para desplegar Su imagen y ser de ayuda a su familia y a la iglesia. Debemos gozarnos en la diversidad y ver la multiforme gracia de Dios.
El diseño de Dios es el mismo para toda mujer, pero cada mujer es diferente, cada familia es singular y la forma de aplicar ese diseño puede variar en cada caso en particular.
La Biblia no tiene un esquema único, no tiene atajos; tampoco te pide que clones o reproduzcas la manera en la que tú, tu mejor amiga, o mentora está limpiando su casa o educando a sus hijos.¡Pon tus ojos en Cristo!
Toda obra corre el riesgo de ser reproducida. ¿Por qué nos sentimos tentadas a copiar lo que otras están haciendo? Es porque siempre será más simple imitar lo que hace otra persona que encontrar mis propias convicciones en la Palabra de Dios, analizar las necesidades de mi familia y mis motivaciones, y pedirle al Espíritu Santo que me guíe a implementar Su diseño para mí. Decirle “Sí Señor” a esa área que Él me está señalando pero que no quiero rendir es mucho más complicado que simplemente ponerle una marca a mi lista de “cosas por hacer”.
No tengas miedo al rendirte, pídele a Dios que examine tu corazón y te muestre cómo puedes adornar tu vida y hogar con los hermosos colores de su diseño. Obedece a la convicción que su Palabra traiga a tu corazón y sé fiel.
¡Anímate a desplegar la gloria de Cristo en la forma tan especial en la que has sido creada! Y recuerda:
- No te compares
- Analiza las necesidades de tu familia
- Analiza tus motivaciones
- Ríndete al Señor
- Obedece
Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis inquietudes.
Y ve si hay en mí camino malo,
y guíame en el camino eterno.
Salmos 139:23-24
Este artículo fue publicado originalmente en Coalición por el Evangelio.
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