Aceptando y disfrutando mi diseño como mujer

Por un tiempo en mi vida no sólo NO veía el ser mujer como una bendición, sino que tampoco  consideraba el diseño de Dios para la mujer como algo hermoso. No lo conocía y aun así me atrevía a opinar. Quienes me conocieron en esta etapa, lo feminista que era, no dan crédito a quien ahora soy, lo que hago y las decisiones radicales que he tomado.

¡No estaba en mis planes casarme! pues no me imaginaba siendo "hacendosa en mi casa", o “sujetarme” a alguien. Aunque tuve buenos ejemplos, en la escuela fui instruida que eso sería "muy poca cosa" y esas ideologías tuvieron mucho peso.

Me apena reconocer que crecí con orgullo creyendo las mentiras de que: “ser mujer de hogar” era “lo más bajo” en la “gran” escalera del “éxito”, destinado para mujeres “flojas, conformistas, mediocres”, para mujeres “sin pasiones, metas, inteligencia o aspiraciones”, que era algo “feo, aburrido, denigrante, de poca importancia, sin valor, menos remuneración económica” y que había mucho más para mí que “eso”.

Aunque nunca fui abiertamente una rebelde o una  "renegada", dentro de mi corazón existía gran inconformidad e incluso resentimiento por el rol femenino.

Lo más ridículo es que se me hacía tan "injusto" el papel de las mujeres casadas y madres ¡aunque nunca lo había vivido!, opinaba de lo que escuchaba, de las muchas ideas infiltradas en mí a través de medios de comunicación y personas. No me parecía algo bueno, menos un privilegio.

Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su conducta: no calumniadoras ni esclavas de mucho vino, que enseñen lo bueno, que enseñen a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a ser prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. Tito 2:3-5 LBLA

También intenté el “método científico” investigando y “entrevistando” a mujeres mayores de varios trasfondos religiosos, económicos y sociales. Al observar y escuchar las secuelas en aquellas con ideas semejantes a las mías y el desorden en sus vidas, hogares, matrimonio e hijos… me hizo detenerme y reflexionar.

Por ejemplo, sabemos que cada hijo tomará sus propias decisiones, también es cierto que ellos son muy influenciados y afectados por sus madres, sus enseñanzas, su presencia o su ausencia.

Es una realidad que en el caso de las madres solas, quienes no tienen otra opción más que dejarlos y vestir varios roles, eso no está en discusión y obviamente Dios tiene cuidado, gracia y misericordia para estas situaciones. Pero es innegable que las decisiones de madres que pueden tomar su rol pero no quieren hacerlo, repercuten en gran manera en la vida de sus hijos.

Poco a poco, Dios me fue colocando en situaciones muy gráficas sobre lo que pasa cuando elegimos vivir bajo nuestras reglas, guiadas por la carne, ambiciones terrenales  y nuestro engañoso corazón. No quería vivir así.

Mi percepción ha cambiado con la ayuda de Dios, de Su Palabra, de mujeres sabias y de ministerios como ANC. Puedo ver la GRAN importancia de mi papel, mi rol y mi conducta no solamente para mi vida, sino también para mi familia, comunidad y entorno.

No es algo sencillo vivir contraculturalmente. Cuesta trabajo, morir a mi misma y a mi orgullo cada día para decidir seguir las sendas marcadas para mí, que no pretendo haberlo alcanzado ya, ni tener una vida sencilla o perfecta, pero prosigo adelante creyéndole a Él. ¡De cuánta belleza me perdería si no lo hiciera así!

El pensar que por mi conducta, acciones y actitud la Palabra de Dios puede ser blasfemada es muestra de la GRAN importancia de mi rol, de escuchar el consejo y de aceptar el diseño divino para mi (Tito 2:5). Debemos renovar la mente con Su verdad para identificar esos rencores, corajes, resentimiento y cómo surgen externamente como una raíz de amargura, celos, sufrimiento y enojo contra el diseño de Dios.

Hoy reconozco que soy coheredera de la gracia de la vida (1 Pedro 3:7), un reflejo de Su amor y de la necesidad de la iglesia por Cristo, así como de mi necesidad y dependencia de Él. Aunque no sea sencillo, deseo ser un testigo vibrante de Su amor y de lo que Él quiera hacer en mí y a través de mí.

¿Cuál es tu historia? ●Disfrutas y has aceptado Su diseño? ● ¿Cuáles son tus luchas internas para aceptarlo? ●¿Qué cosas te hacen estar renuente o inconforme con el diseño divino? ●¿Sabes cómo llegaste a esa condición?

DÍA 6. Tomar el Viaje de los 30 días a través del Manfiesto de una Mujer Verdadera es una buena idea para comenzar a conocer el plan y propósito divino para nuestra vida.

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Este artículo procede del Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com

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Sobre el autor

Lucy Reyna Orozco Meraz

 

Reyna es esposa de Raúl Orozco, radica en Chihuahua, Chih., México. Juntos pastorean y educan a
 
su hijo (JR) e hija (RG) en casa, siendo su deseo formarlos e instruirlos para la gloria de Dios.
 
Ambos son Ing. Industriales y … leer más …

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