Esperamos que hayas tenido la oportunidad de disfrutar esta primera sesión de hoy donde Nancy nos describía las características de la mujer verdadera tomando como modelo a María, la madre del Señor.
Como parte del mensaje, ella nos invitó a levantar la “bandera blanca” en señal de rendición; debido a que estoy ubicada en un lugar “estratégico” desde donde puedo ver todo el auditorio, observé tantos brazos levantarse gozosamente ondeando esas banderas diciéndole a Dios “Sí, Señor” en diversas ocasiones; esto me hizo pensar que sólo Dios sabe lo que cada una de nosotras estaba rindiéndole a Él.
En mi caso Le rendía escribir estas notas, porque desde ayer Él me ha mostrado que he perdido agilidad en resumir rápidamente tantas verdades, no queriendo dejar nada fuera. Pero una y otra vez le repetí “Sí, Señor”… y ahora ¡manos a la obra!
Luego de haber escuchado el mensaje de Nancy sobre las características de una Mujer Verdadera tomando como modelo a María la madre del Señor, quiero compartirte algunos puntos que nos ayudarán a identificar cuánto de la mujer verdadera está siendo cultivado en mí:
1. ¿Cuál voz escucho? ¿La de Satanás o la de mis propios deseos como Eva? ¿o la de Dios como María?
2. ¿Me dirigen mis emociones y sentimientos como a Eva? ¿O mi fe en las promesas de Dios como María?
3. ¿Mis decisiones se basan en lo que se ve bien como las de Eva? O ¿en lo que es bueno, como María?
4 ¿Estoy más enfocada en lo que es mejor para mí? O ¿reconozco que no se trata de mí, como María?
5. ¿Al igual que Eva me intereso más en lo que yo quiero? O ¿En lo que Él quiere?
6. ¿Vivo a mi manera, como Eva? O ¿A la manera de Dios?
7. ¿Pienso que mi cuerpo es mío? O ¿Lo entrego a Dios para usarlo como Él quiera, al igual que María?
8. ¿Todo en mi vida es acerca de mí? O ¿todo se trata de Él y Sus propósitos?
9. ¿Ando en el camino de la rebelión a Su voluntad? O ¿Me rindo para que se haga en mí como Él quiera?
10. ¿Dejo a Dios ser Dios? ¿O me creo que yo soy mi propio dios?
11. ¿Para mí es más importante lo que yo pienso? O ¿Lo que Él ha dicho?
12. ¿Dudo de Su Palabra? o ¿creo a Su Palabra?
13. ¿Me importa más mi razonamiento natural? O ¿razono conforme a la mente de Dios?
14. ¿Escondo mis pecados al Señor? o ¿reconozco que mi única esperanza de salvación está en El?
15. ¿Es mi respuesta constante: no a Dios y sí al egoísmo? O ¿No a mi egoísmo y ¡Si, Señor!?
En la medida que mis respuestas se parezcan más a las de María, cultivaré el carácter de la mujer verdadera.
¿Cómo luce esa mujer verdadera según vimos hoy? Una mujer que se sabe ordinaria, inmerecedora; pura, dependiente de Dios, humilde, que conoce la Palabra, que le cree a Dios, que lo alaba en todas las circunstancias, no llama la atención hacia sí, se centra en Dios y reconoce su necesidad de Cristo y del Evangelio.
¿Quieres ser esa mujer verdadera? ¡Vuelve una y otra vez a revisar el progreso de tus respuestas a las preguntas de este artículo!