“A”— Averigüe:
A medida que vas leyendo la Palabra de Dios, inicia un proceso de averiguar y preguntarte aspectos como los siguientes:
• ¿ Qué dice este pasaje?
• ¿ Qué significa este pasaje?
• ¿ Quién escribió este libro?
• ¿ Quién dijo esto en ese pasaje?
• ¿ Acerca de quién se habla?
• ¿ A quién se le hablaba en ese pasaje?
• ¿ Qué sucedió?
• ¿ Cuáles fueron los principales eventos?
• ¿ Cuáles son las ideas centrales?
• ¿ Cuál es el tema principal del pasaje?
• ¿ Cuándo fue escrito?
• ¿ En qué momento ocurrieron esos eventos?
• ¿ Por qué se escribió?
• ¿ Por qué se dijo eso?
• ¿ Qué significa eso?
• ¿ Dónde sucedió?
“E”— Enfatice palabras y frases claves:
Busca un versículo clave en el capítulo que hayas leído, el cual haya capturado el corazón del pasaje. Busca palabras claves, patrones, palabras o frases que se repitan, donde puedas observar que se hace énfasis dentro de ese capítulo, libro o pasaje. Luego resume lo que el libro enseña acerca de ello.
“I”— Incluye un resumen de lo entendido.
Con tus propias palabras, escribe un breve resumen o tu visión del pasaje que acabas de leer. ¿De qué se trataba? Incluye los principales puntos. Esto te ayudará a meditar y pensar acerca del pasaje.
“O”— Otras citas relacionadas de Las Escrituras.
Observemos otras citas bíblicas relacionadas. Hay dos herramientas que nos ayudarán. Una es la concordancia, que lista cada palabra en la Biblia. Bajo cada una de esas palabras hay un listado de pasajes bíblicos donde esa palabra aparece otra vez. A medida que vayas colocando esos pasajes uno al lado del otro, te darás cuenta que están interconectados.
La otra herramienta se llama "El tesoro del conocicimiento de las Escrituras". Esta herramienta la vemos a lo largo de la Biblia cuando al pie de cada versículo se nos dan referencias que tienen algo que ver con el tema o el pasaje leído.
“U”— Use lo que usted haya leído en Las Escrituras para aplicarlo en su vida actual.
Aquí es donde nos hacemos la pregunta: ¿Y entonces? ¿ Qué se supone que debo hacer con lo que acabo de leer?
Luego de que estudies la Palabra de Dios, luego de que la leas, de que medites en ella, incluso de que la memorices, tienes que aplicarla a tu vida. Aquí algunas recomendaciones para que tomes nota:
• ¿ Qué me dice ese pasaje bíblico?
• ¿ Qué quiere Dios que yo haga luego de haber leído Su Palabra?
• ¿ Tiene la cita bíblica que he leído alguna promesa que debo reclamar?
• ¿ Existe aquí alguna instrucción que yo deba obedecer?
• ¿ Existe alguna acción o personaje modelo en este pasaje que yo deba imitar?
Todo lo que leamos en la Palabra de Dios nos llama a algún tipo de respuesta, a que reaccionemos para dar gloria de nuestro Dios. Puede que sea para que ejercitemos la fe en las promesas de Dios o Su carácter, para que nos humillemos, para que reconozcamos nuestra necesidad de Él, para que confesemos un pecado, para que cambiemos nuestra equivocada manera de pensar. Puede que sea para que exaltemos y adoremos a Dios quien se ha revelado a Si mismo en Las Escrituras, para que perdonemos a alguien que nos ha hecho daño, o para que vayamos y procuremos el perdón de alguien a quien hayamos ofendido.
El punto principal del estudio de la Biblia es aplicar la verdad de la Palabra de Dios a tu propio corazón.