En las últimas décadas, las mujeres han sido motivadas a “hacer las cosas a su manera”. Sin embargo, estoy tan agradecida de que recientemente estamos viendo una gran hambre en la vida de las mujeres para hacer las cosas “a la manera de Dios”; para buscar la definición de lo que significa ser una ‘mujer verdadera” en la Palabra de Dios. Estas mujeres, por la gracia de Dios, anhelan vivir vidas centradas en Dios, anhelan confiar en Él y decirle “Si, Señor”.
Una mujer verdadera vive una vida centrada en Dios.
En un mundo centrado en sí mismo, ella vive para la gloria y el agrado de Dios, no para el suyo propio. Ella entiende que la vida no se trata de ella, sino que se trata de Él.
En lugar de decir, “¿Qué me hace feliz a mi?, ella se pregunta: “¿Qué te agrada a Ti, Señor? ¿Qué puede avanzar Tu Reino y manifestar mejor Tu gloria?” Ella reconoce que su vida no le pertenece y gozosamente vive para la gloria de Dios.
- Ella abraza el propósito para el que fue creada: unirse a toda la creación, en el cielo y la tierra, para adorar y glorificar a Dios por la eternidad.
- Ella vuelve sus ojos hacia Jesús en medio de sus problemas y ve los retos que tiene por delante en el contexto de Su grandeza.
- Ella vive una vida de arrepentimiento, de santidad y de servicio; pero sobre todas las cosas ella está cautivada con Cristo.
Una mujer verdadera confía en Dios.
- Ella no se llena de temor porque ella conoce al Dios en quien ha confiado. Él entiende todo sobre su situación, y su plan de bien y de amor hacia ella no será frustrado.
- Ella se apoya en Él y depende de Él en tiempos de gozo, de dolor, de dificultad, de incertidumbre y de confusión.
- Ella confía en Dios en circunstancias que ella no puede entender o que no hubiese elegido.
- Ella se resiste a la tentación de preocuparse y manipular, porque ella ha soltado el control a Dios.
Una mujer verdadera dice “Si, Señor!”
- Ella cree que los propósitos de Dios al crear al hombre y a la mujer fueron buenos y sabios.
- Ella considera un privilegio y un deleite servirle en su rol de mujer, y de manera agradecida abraza Su diseño y Su rol para su propia vida.
- La Palabra de Dios es Su brújula y es lo que la motiva a vivir de manera intencional y contra-cultural.
- Ella hace sacrificios personales en cuanto a su tiempo y sus recursos en pos del Reino de Dios.
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