"La mujer sabia edifica su casa, pero la necia con sus manos la derriba." Proverbios 14:1
- ¿Hay algo en mi forma de hablar, en mis acciones, en mi forma de vestir o en mis actitudes que pudiera defraudar a los hombres que me rodean?
- ¿Estoy edificando mi “casa”—hogar, lugar de trabajo, iglesia—(versus destruyéndolo)?
- ¿Estoy asimilando pensamientos y deseos sensuales a través de libros, revistas, programas de televisión, música o películas que no son moralmente puros?
- ¿Estoy invirtiendo en las vidas de las personas que me rodean? ¿Estoy nutriendo el corazón de mis hermanos o de otras personas que Dios me ha llamado a bendecir?
- ¿Estoy contando con algún hombre (ya sea un pastor, consejero, colega, etc.) para que llene algún vacío emocional en mi vida? ¿Acudo a algún hombre en vez de acudir al Señor para satisfacer mis necesidades emocionales?
- ¿Estoy cultivando un espíritu agradecido y gozoso? ¿Me estoy regocijando en el Señor?
- ¿Estoy ocultando algún comportamiento o relación en la que esté involucrada? ¿Estoy participando de alguna cosa en el presente que no querré que mi esposo conozca si me caso en el futuro?
- ¿Estoy dando lo mejor de mi energía física y emocional al Señor?
- ¿Estoy inconforme? ¿Estoy dando cabida a pensamientos que me hacen incapaz de hallar satisfacción en el servicio al Señor y a quienes él me ha llamado a servir?
- ¿Estoy cultivando en mis palabras, acciones y actitudes un espíritu agradable y amable que da honor y gloria al Señor?
- ¿Soy una persona crítica o sentenciosa? ¿Tienen mis padres la libertad de ser sinceros conmigo?
- ¿Estoy manteniendo mis emociones, mi atención y mi afecto apartados de cualquier hombre con quien no esté comprometida o con quien no esté casada? ¿Estoy protegiendo mis pensamientos y los sentimientos de mi corazón?
- ¿Es mi conversación alguna vez indecorosa, cruda o inapropiada para una mujer de Dios?
- ¿Soy discreta y comedida en mi forma de hablar con los hombres en mi lugar de trabajo?
- ¿Estoy expresando admiración por un hombre que fuera más apropiada si proviniera de su esposa?
- ¿Comunico un espíritu manso, discreto y sumiso?
- ¿Tiende mi comportamiento a ser “escandaloso y desafiante”? ¿Domino o trato de controlar a los hombres que me rodean?
- ¿Ayuda mi forma de vestir a los hombres a mantener sus pensamientos puros y centrados en Cristo? ¿Me visto de manera femenina y modesta?
- ¿Soy una “puerta” o una “muralla”? (Cantares 8:9)? ¿Soy una mujer “fácil”? ¿Transmito el mensaje a los hombres que me rodean de que estoy “disponible”? ¿Invita mi comportamiento a “participar” de partes íntimas de mi cuerpo, de mi alma o de mi espíritu? ¿Coqueteo con mis palabras, con miradas o con mi comportamiento?
- ¿He propuesto en mi corazón el ser moralmente pura?
- ¿Estoy en el presente en alguna situación comprometedora, o en una que pudiera convertirse en una situación comprometedora?
- ¿Reservo la comunicación, las miradas, las palabras y el roce de naturaleza íntima para mi futuro esposo (si me caso)?
- ¿Me he convertido en un “refugio” para un hombre que pudiera estar teniendo problemas en su matrimonio?
- ¿He rendido mis deseos sexuales en honor al Señor, a mi futuro esposo y en honor a los matrimonios o futuros matrimonios de las personas que me rodean? ¿Estoy caminando en santidad y honor?
- ¿Estimo y valoro a algún hombre más que al Señor? ¿Amo a algún hombre más de lo que amo al Señor? ¿A quién tengo en mayor estima?
- ¿Podrían decir los que mejor me conocen que soy una mujer de virtud moral y pureza?
- ¿Estoy en una situación que pudiera aparentar ser comprometedora a los ojos de los demás?
- ¿Le estoy rindiendo cuentas a otra mujer piadosa acerca de mi caminar con Dios y mis relaciones con los demás?
- ¿Trato a los hombres con respeto manteniendo una distancia apropiada con ellos, tanto emocional como físicamente?
- ¿He levantado (y estoy manteniendo) “cercos o límites” adecuados en mis relaciones con los hombres? ¿He definido cuáles son esos cercos?
“Señor, reconozco mi participación pecaminosa en ___________ y renuncio a ella, y pido en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y a través de su sangre que rompas esta fortaleza en mi vida. Señor, me doy cuenta de que este pecado tiene una influencia perjudicial en mi vida [y matrimonio]. Señor, humildemente te pido que me perdones y me laves en la sangre de Cristo, limpiándome de este pecado. Te pido, Señor Jesús, que vuelvas a tomar esa área de mi vida que había entregado al enemigo mediante mi participación en ese pecado, y cedo esa área de mi vida para que esté bajo Tu control. Me hago el propósito de honrarte en mi corazón, practicando la pureza y discreción en todas mis relaciones.”
©Aviva Nuestros Corazones. Adaptado del libro “Conviértete en una mujer discreta” por Nancy Leigh DeMoss. Usado con permiso. www.AvivaNuestrosCorazones.om