Por Donald Whitney
En una ocasión en que el pueblo de Dios había descuidado su relación con El, el Señor los reprendió a través del profeta Hageo. ¡Consideren sus caminos! (Hageo 1:5) era su llamado, urgiéndolos a reflexionar en algunas cosas que les estaban ocurriendo y a evaluar su descuidada espiritualidad a la luz de lo que Dios les había dicho.
Aún aquellos que son más fieles a Dios necesitan hacer una pausa y pensar en la dirección de sus vidas. Es tan fácil saltar de una semana ocupada a otra sin pararnos a considerar dónde estamos yendo y dónde deberíamos ir.
El inicio de un nuevo año es un tiempo ideal para detenernos, mirar y retomar el rumbo. Con ese propósito a continuación algunas preguntas para hacernos en oración en la presencia de Dios.
1. ¿Qué es aquello que podrías hacer este año para aumentar tu gozo en Dios?
2. ¿Qué es aquello por lo que pedirás a Dios este año aunque humanamente parece lo más imposible?
3. ¿Qué es lo más importante que podrías hacer para mejorar la calidad de tu vida familiar este año?
4. ¿En cuál disciplina espiritual quieres hacer más progreso este año, y qué harás acerca de ello?
5. ¿Qué es aquello en lo que más pierdes tiempo en tu vida? ¿Qué harás al respecto este año?
6. ¿Qué aporte de utilidad puedes hacer para fortalecer tu iglesia?
7. ¿Por la salvación de quién orarás con más fervor este año?
8. ¿Cuál es la manera más importante en que, con la gracia de Dios, tratarás de que este año sea diferente al anterior?
9. ¿Cuál sería la única cosa que podrías hacer para mejorar tu vida de oración este año?
10. ¿Cuál es la única cosa que planeas hacer este año que seguirá siendo importante dentro de 10 años? ¿Y en la eternidad?
Además de estas 10 preguntas, les comparto 21 más para ayudarles a “Considerar sus caminos.”
Revisa la lista completa en un momento, o responde una pregunta por cada día del mes.
11. ¿Cuál es la decisión más importante que necesitas tomar este año?
12. ¿Cuál área de tu vida necesita simplificarse más? ¿De qué manera puedes simplificarla?
13. ¿Cuál es la necesidad más importante que te sientes llamada a cubrir este año?
14. ¿Cuál es el hábito que más te interesa cultivar este año?
15. ¿Quién es la persona a quien más quieres motivar este año?
16. ¿Cuál es tu meta financiera más importante de este año? ¿Cuáles son los pasos más importantes que debes tomar para alcanzarla?
17. ¿Qué es lo más importante que puedes hacer para mejorar tu vida laboral este año?
18. ¿De qué nueva manera puedes ser una bendición para tu pastor este año? (o cualquier otra persona que te ministre)
19. ¿Qué puedes hacer este año para enriquecer el legado espiritual que dejarás a tus hijos y nietos?
20. ¿Cuál libro, además de la Biblia, estás más interesada en leer este año?
21. ¿Qué es lo que más lamentas del año pasado? ¿Qué harás al respecto este año?
22. ¿Cuál es la bendición de Dios que quieres buscar con más ahínco este año?
23. ¿En cuál área de tu vida necesitas más crecimiento este año? ¿Qué harás al respecto?
24. ¿Cuál es el viaje más importante que quisieras hacer este año?
25. ¿Cuál habilidad quieres aprender o mejorar este año?
26. ¿A cuál necesidad o ministerio tratarás de darle una suma significativa este año?
27. ¿Qué es lo más importante que puedes hacer para mejorar la calidad del traslado a tu trabajo este año
28. ¿Cuál doctrina bíblica estás más interesada en aprender este año? ¿Qué harás al respecto?
29. ¿Si aquellos que te conocen mejor te dieran un consejo, qué te dirían? ¿Estarían en lo correcto? ¿Qué harías al respecto?
30. ¿Cuál es el artículo más importante que quieres comprar este año?
31. ¿En cuál área de tu vida necesitas más cambio? ¿Qué harás al respecto este año?
Si estas preguntas te parecen útiles, colócales en algún lugar – un planificador, calendario, pizarrón, etc., —donde puedas revisarla con más frecuencia que una vez al año.
Evaluemos nuestras vidas, hagamos planes y tracémonos metas, y vivamos este año con diligencia bíblica, recordando que “Los proyectos del diligente ciertamente son ventaja” (Prov. 21:5). Pero en todas estas cosas recordemos nuestra dependencia del Rey Quien nos dijo “separados de mí, no pueden hacer nada” (Juan 15:5).