"Abre mis ojos, para que vea las maravillas de tu ley.” (Salmos 119:18).
Debemos orar. . .
- Que DIOS nos enseñe Su Palabra. “. . . enséñame Tus estatutos” (Salmos 119:12b); ver también los versos 33, 64b, 66, 68b, 135). El verdadero aprendizaje de la Palabra de Dios solo es posible si Dios mismo se convierte en el maestro de ello, a través de todos los medios de enseñanza.
- Que DIOS no esconda Su Palabra de nosotros. “… no escondas de mí tus mandamientos” (Salmos 119:19b; y verso 43). La Biblia misma advierte acerca del terrible castigo o juicio de ser despojados de La Palabra de DIOS. (Amos 8:11).
- Que DIOS nos haga entender Su Palabra “Hazme entender el camino de tus preceptos” (Salmos 119:27; ver también los versos 34, 73b, 144b, 169). Aquí le pedimos a DIOS que nos lleve a entender— que haga lo que sea necesario para que entendamos Su Palabra.
- Que DIOS incline nuestros corazones hacia Su Palabra.
“Inclina mi corazón a tus testimonies y no a la ganancia deshonesta.” (Salmos 119:36). Nuestro mayor obstáculo no es nuestro razonamiento, sino nuestra voluntad. No estamos inclinados por naturaleza a leer y a meditar y a memorizar Su Palabra. Así que debemos orar para que DIOS incline nuestra voluntad.
- Que DIOS nos de vida para guardar Su Palabra.“ Vivifícame conforme a tu misericordia, para que guarde el testimonio de tu boca.” (Salmos 119:88; y el verso 154b). Él sabe que necesitamos vida y energía para entregarnos a la Palabra y obedecerla. El salmista pide a Dios esta necesidad básica.
- Que DIOS establezca nuestros pasos en Su Palabra.
“Afirma mis pasos en tu palabra. . .” (Salmos 119:133). Dependemos del Señor no solo para recibir entendimiento y vida, sino también para la poner por obra la Palabra; que esta sea establecida en nuestras vidas. No podemos lograr esto por nosotros mismos.
- Que DIOS nos busque cuando nos apartamos de Su Palabra
“Me he descarriado como oveja perdida; busca a tu siervo. . . ” (Salmos 119:176). Es asombroso ver que este hombre piadoso termine su salmo con una confesión de pecado y su necesidad de que DIOS vaya tras él para retornarlo al camino. Esto también debemos orar una y otra vez.
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