Crea un lugar seguro para tus vecinos
Débora: ¿Habías considerado que un hogar cristiano puede ser un hospital para corazones rotos? Hoy nos acompaña Rosaria Butterfield.
Rosaria Butterfield: Cuando la familia de Dios vive como la familia de Dios, eso es una señal visible, para un mundo que observa, de que un hogar cristiano es el lugar más seguro del mundo para traer su angustia, su pena y su crisis.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones, con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «El Cielo Gobierna», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 4 de diciembre de 2024.
Nancy DeMoss Wolgemuth ha estado platicando con la escritora Rosaria Butterfield acerca de cómo tu hogar puede reflejar el evangelio. Esta entrevista fue grabada en una Conferencia Nacional del Ministerio Ligonier. Si te perdiste alguna de las conversaciones de Nancy con Rosaria, puedes escuchar todos los episodios en AvivaNuestrosCorazones.com. Hoy, continúan su conversación. Escuchemos.
Nancy: Hemos …
Débora: ¿Habías considerado que un hogar cristiano puede ser un hospital para corazones rotos? Hoy nos acompaña Rosaria Butterfield.
Rosaria Butterfield: Cuando la familia de Dios vive como la familia de Dios, eso es una señal visible, para un mundo que observa, de que un hogar cristiano es el lugar más seguro del mundo para traer su angustia, su pena y su crisis.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones, con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «El Cielo Gobierna», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 4 de diciembre de 2024.
Nancy DeMoss Wolgemuth ha estado platicando con la escritora Rosaria Butterfield acerca de cómo tu hogar puede reflejar el evangelio. Esta entrevista fue grabada en una Conferencia Nacional del Ministerio Ligonier. Si te perdiste alguna de las conversaciones de Nancy con Rosaria, puedes escuchar todos los episodios en AvivaNuestrosCorazones.com. Hoy, continúan su conversación. Escuchemos.
Nancy: Hemos estado hablando acerca de la hospitalidad, de abrir tu casa. Yo tuve el gozo y el privilegio de crecer en un hogar donde la hospitalidad era casi una forma de vida. Por ejemplo, no teníamos una mesa de pícnic en el jardín delantero. Pero en nuestra acomodada área suburbana de Filadelfia, nuestra casa estaba abierta todo el tiempo, y a veces, de manera más programada y formal.
De hecho, hay un hombre que ahora vive en la casa donde nosotros vivimos durante años, cuando mi familia se mudó de esa área, él compró la casa. Y cuando Robert y yo éramos novios, yo quería mostrarle a Robert la casa. Así que nos encontramos al hombre que ahora es el dueño. Y lo llamamos y le preguntamos si podíamos ir a visitarlo.
De hecho, él había vivido en otra casa en una colina al otro lado de la calle durante años y siempre veía a las personas venir a nuestra casa. Él se enteró de la extraordinaria hospitalidad de mis padres y se preguntó por qué él nunca fue invitado. No sé por qué nunca lo invitaron. La verdad no fue intencional. Pero luego él compró la casa.
Y nos contó acerca de cómo las personas, a lo largo de los años, llegan a la casa, a la puerta principal (y esa es una casa enorme) y le dicen: «Encontramos a Dios en esta casa y queremos saber si podemos regresar y visitarla».
Rosaria: ¡Oh, alabado sea Dios!
Nancy: Este hombre no es creyente.
Rosaria: Bueno, ¡todavía no!
Nancy: Aún no. Pero hace un tiempo, me envió un mensaje de texto sobre un evento importante, y no quiero decir cuál fue porque no quiero avergonzarlo de alguna manera si él alguna vez escucha este episodio. Pero era un evento importante que se había llevado a cabo en el mundo cristiano y él me envió un mensaje de texto. No lo había visto desde hace cuatro años y me dijo: «Solo quiero que sepas que estamos pensando en ti en esta casa. Nos preocupamos por lo que está pasando en tu mundo».
Rosaria: ¡Wow!
Nancy: Nos contactó.
Rosaria: Eso es increíble.
Nancy: Pero eso se debe a que la gente se había acercado a él en un hogar que estuvo abierto al evangelio. Así que esto es parte de mi ADN. Robert dice que una de las primeras cosas que notó cuando entró en mi casa, ahora nuestra casa, es que había una silla alta en la cocina para esta mujer soltera de cincuenta y siete años. Y era porque siempre tenía familias visitando o viviendo conmigo.
Rosaria: Wow.
Nancy: Pero sé por experiencia que cuando las personas nos escuchan hablar sobre este tema, a muchas les da miedo, sienten temor.
Rosaria: ¡Es una locura!
Nancy: De hecho, algunas de ellas pudieran pensar que es una locura
Rosaria: Así es, puede ser peligroso.
Nancy: Y pensar: yo no tengo esa habilidad. Es como tú dices, puede ser peligroso.Y para los padres que están educando a sus hijos en casa para evitar que extraños entren en sus vidas.
Rosaria: Sí. Yo diría que cuando hablo de practicar la hospitalidad radicalmente ordinaria, hay muchas maneras de hacerlo. No hay una sola forma. Y puede que tu hogar o tu vida actualmente simplemente no sean propicios para ello. Y tal vez una de las razones sea porque el esposo y la esposa no se ponen de acuerdo en esto.
Sin embargo, el tema de la hospitalidad nunca debería dividirlos. Las esposas necesitan seguir a sus esposos y orar para que ellos se sientan motivados. Pero, mientras tanto, probablemente hay algún lugar donde están haciendo esto, practicando la hospitalidad y donde necesitan tu ayuda. Mostrar hospitalidad en el hogar necesita tanto a personas que tengan recursos como a personas que tengan necesidades.
Y no necesita un solo tipo de persona. Entonces, si tu hogar no es el hogar ideal, mira a tu alrededor. ¿Hay algún hogar en tu iglesia que sí lo sea? Bueno, involúcrate ahí. Te puedo garantizar que necesitan algo de ayuda.
Nancy: Y debo decir que yo he estado ahí tantas veces. Mi casa es adecuada para tener a muchas personas en ella, pero nuestras vidas y horarios son tales en este momento que realmente es un reto. Así que probablemente tengo una docena de amigas que conocen mi cocina tan bien o mejor que yo.
Rosaria: Bien. Perfecto.
Nancy: Así que ellas llegan y ayudan. Tenemos muchas manos para hacer este trabajo más fácil. Y hacemos esto como familia de Dios, como una comunidad.
Rosaria: Sí. Absolutamente. Yo también educo a mis hijos en casa, y los educo en casa por muchas razones. Pero una razón es que aprecio la capacidad de enseñar a través de un mundo cristiano y una visión de la vida de todos los temas que estudiamos. Hay un cierto manejo de límites en esto. Sería engañoso decir lo contrario.
Pero cuando tienes una casa que practica la hospitalidad, hay una serie de cosas que suceden. Y una de ellas es que tienes muchos creyentes, creyentes adultos, que pueden invertirse en las vidas de tus hijos, y eso es realmente importante.
Nancy: Así es.
Rosaria: Y también tendrás personas no creyentes a quienes tus hijos verán venir a la fe. No es como un culto raro. No es algo sin importancia. El evangelio no es algo pequeño, sino algo vital y lleno de vida.
Nancy: Y profundo.
Rosaria: Y profundo. A veces los extraños son peligrosos, pero a veces la familia también lo es. Y como sabes, lo que es peligroso es el pecado. El pecado es realmente peligroso.
Nancy: Y el pecado puede estar igual de presente en ese hogar tan conservador, donde tienes todas las reglas y donde los niños han sido adoctrinados en la fe.
Rosaria: Sí, así es.
Nancy: Pero el pecado crece en el corazón. ¿No es así?
Rosaria: Sí, crece en el corazón.
Nosotros tuvimos una situación en nuestro vecindario. Nos habíamos hecho amigos del hombre que vivía al frente. Y déjame decirte que no era el vecino por el que oras, pero este fue el vecino que nos tocó. Los vecinos murmuraban sobre él; él simplemente no encajaba en el vecindario.
No cortaba el césped durante tres meses. Fue muy difícil llegar a conocerlo, y hablo un poco de ello en el libro. Su nombre es Hank, y se convirtió en un querido amigo y vecino, aunque luchó con muchas cosas, incluido el trastorno de estrés postraumático y la depresión.
Y un día nos despertamos y vimos una cinta de aquellas que usan para las escenas de crimen que rodeaba nuestro vecindario, y nos enteramos de que él tenía un laboratorio de metanfetaminas en el sótano.
Nancy: ¡En la casa de enfrente!
Rosaria: La casa de enfrente. Éramos sus únicos amigos conocidos. Y hay un cierto límite. Y suena tan maravilloso, pero a la vez es un cliché: «Tú comes con pecadores, así como Cristo». Bueno, déjame decirte lo que sucede cuando comes con pecadores así como Cristo: tus vecinos no están tan contentos contigo porque simplemente no lo están. Fue un desastre.
Pero en ese punto, cuando se descubrió eso, este hombre se había convertido en nuestro amigo. Paseábamos a nuestros perros juntos. Tuvimos algunas comidas juntos. Él venía a nuestra casa para los días festivos. Vivía solo; estaba solo. Éramos sus únicos amigos conocidos. Y eso fue muy duro para nuestros hijos.
Nancy: ¿En qué sentido? ¿Cómo?
Rosaria: Bueno, el Sr. Hank era nuestro amigo y era peculiar.
Nancy: Entonces fue muy difícil cuando salió a la luz que tenía un laboratorio de metanfetaminas.
Rosaria: Sí. Y ellos literalmente... Ver a alguien literalmente desintoxicándose en el patio delantero, arrastrándose como si no fuera humano... Los vecinos hablaban de él como si no fuera una persona. Y mi hijo, un niño muy tierno, me dijo: «Mamá, hablan del Sr. Hank como si él no fuera humano».
Y fue en ese momento que me di cuenta de que yo no podía ayudar a mi hijo de la forma en que lo hacían los otros adultos. La persona que más lo ayudó en ese momento fue Christopher Yuan. Mi hijo lo llama, tío Christopher.
Nancy: Que es otro escritor y es amigo de la familia.
Rosaria: Sí, un querido amigo de la familia y un escritor. Él entendió la perspectiva de Hank de lo que estaba pasando. Pudo animar a mi hijo al decirle que Dios está en todas partes, y que Dios no había terminado de trabajar con Hank, y que realmente necesitaba orar y perseverar.
De una manera muy apropiada para su edad, Christopher Yuan compartió su testimonio con mi hijo, aunque mi hijo ya conocía su historia, pero aún no lo conocía en persona.
Nancy: Wow.
Rosaria: Ya sabes, los niños criados en hogares cristianos escuchan todas estas historias, pero no tienen un rostro hasta que literalmente ves a tu vecino desintoxicarse frente a ti y arrastrarse como un saco de harina o algo así.
Entonces, de nuevo, ¿dónde estaríamos si no tuviéramos un hogar con muchas personas que puedan invertirse en nuestros hijos? El famoso comentario que mi hijo hizo anoche fue: «Mamá, estoy pensando en algo. ¿Por qué todas las personas geniales y agradables de nuestra iglesia son solteras?». Y luego le dije: «Te diré por qué: es porque tienen más dinero y tiempo que yo para gastar en ti».
Pero compartimos la vida juntos. Entonces no es que mi hijo y mi hija solo vean a nuestros amigos solteros en la iglesia los domingos de 10 a 12, sino que nos vamos de vacaciones juntos. Comemos juntos. Somos una familia.
Nancy: Y los solteros necesitan esto, y tus hijos también lo necesitan, y tú lo necesitas.
Rosaria: Lo necesito. Así es. Cuando la familia de Dios vive como la familia de Dios, eso es una señal visible para un mundo que observa, de que un hogar cristiano es el lugar más seguro del mundo para traer tu angustia, tu pena y tu crisis.
Tenemos una vecina que llevaba tres décadas en una relación lésbica. Pero esa relación se disolvió, dejando un enorme hueco y un corazón roto, y esa vecina vino a nosotros. Kent la ayudó a encontrar dónde vivir. ¿Por qué? Porque aunque no estamos en la misma página, somos vecinos. Queremos que la gente diga: «Esa es la casa a la que debemos acudir. Los cristianos se preocupan por ti. Los cristianos quieren ser bondadosos tanto en lo terrenal como en lo espiritual».
Nancy: Así es.
Rosaria: Y cuando haces eso, tienes permiso para hablar a la vida de alguien. Escucha, no puedes poner la mano del que sufre en la mano del Salvador sin acercarte lo suficiente como para ser lastimado. Y eso es la verdad, la pura verdad.
Nancy: Y, sin embargo, tendemos a pensar, creo yo, más que cualquier otra cultura o grupo en la historia del mundo que ha sido capaz de hacerlo, que nuestros hogares son nuestros, nuestros castillos.
Bajamos la puerta del garaje, le ponemos llave o a las puertas o cerramos las puertas con llave, y no existe ese sentido de corazón abierto, un hogar abierto, una casa abierta, que era algo más característico de las generaciones anteriores.
Así que vivimos vidas aisladas. Y yo pienso: ¿Cuántos de nosotros tenemos 365 noches al año, dormitorios adicionales, baños adicionales, espacio adicional, espacio adicional en la mesa?...
Rosaria: Así es.
Nancy: Pero no tenemos ninguna inclinación a decir: «Ven. Eres bienvenido. Ven y acompáñame, y vivamos esta vida juntos».
Rosaria: Cierto. Y creo que parte de eso es no saber por dónde empezar, y tal vez incluso el miedo de que nos estamos imponiendo a nuestros vecinos, el miedo de que estemos diciendo: «Oye, somos cristianos. Somos mejores que ustedes. Déjennos ayudarles».
Así que creo que si eso es parte del problema, una cosa que podemos hacer es ser ingeniosos. Y me trae mucho entusiasmo un programa llamado «Safe Family» (en español sería Familia segura).
Nancy: Sí. Tienes amigos que han estado involucrados en eso.
Rosaria: Es fenomenal. Es como una respuesta cristiana al tema de los hogares de acogida, familias de acogida o acogimiento. Kent y yo hemos sido padres de acogimiento temporal autorizados durante diez años. Adoptamos a cuatro niños durante esa temporada, incluidos dos adolescentes que llegaron a nosotros a la edad de diecisiete años. Le digo a la gente, que he adoptado a personas que miden más que yo. Es decir, yo solo mido 1 metro 58, pero aun así. . .
Entonces, me emociona entrar en la vida de los huérfanos. Nosotros hemos sido adoptados. Sabemos lo que significa la adopción. No debemos tener miedo. Pero ese programa que mencioné organiza a aquellas familias que necesitan ayuda, y no hay nada en ellas que deba dar miedo. Escucha, la pobreza no debería dar miedo. Y estas no son familias con adicción a las drogas. Eso puede dar miedo, y con razón.
Estas no son familias donde ha habido algún caso de abuso infantil. Estas son familias que viven el día a día con el dinero que tienen y cuyo apartamento ahora está inundado y no tienen hogar.
Entonces, lo que puedes hacer es, si todo un grupo de personas en tu iglesia, y no tiene que ser ni siquiera el grupo completo, digamos que son solamente dos familias en tu iglesia, si ellas obtienen la certificación de ese programa, entonces pueden ayudar a esa familia a permanecer unida durante una crisis.
Lo que se espera es que se ministre la Palabra, que se les proporcione ayuda con el presupuesto y quizá ayudar con ropa adecuada para una entrevista de trabajo. Al mismo tiempo, cuidarías de un niño de tres años y tratarán de mantener a la familia unida.
La idea es que estés ministrando a toda la familia. La razón por la que esto es tan importante es que, con demasiada frecuencia. . . Digamos que tienes una familia desplazada por una inundación. Rápidamente, podrías verlo como una situación de acogimiento temporal porque hay un niño de tres años que necesita un hogar. Pero sacar a ese niño de tres años de un lugar seguro. . . No hay pecado en la pobreza.
Así que, alejar a ese niño de las personas que hacen que se sienta seguro, no es exactamente una situación en la que todos salen ganando. Mantener a una familia unida, pero también tener impacto y ayudar y compartir esos recursos. Conozco personas que han hecho amistades para toda la vida a través de ese programa que mencioné antes.
Y atraviesas esa enorme diferencia de clases. Es un límite. Tiendes a vivir en un vecindario con personas que pueden pagar el mismo tipo de casa que tú puedes pagar. Eso es normal. Es difícil romper una barrera de clases. «Familia Segura» te permite hacer eso.
Así que piensa creativamente acerca de tu hogar o únete a una casa de otra familia que lo esté haciendo.
Nosotros no siempre hemos podido hacerlo. Déjame contarte esto: cuando recién adoptamos un adolescente de un hogar de acogimiento, no abrimos la puerta de par en par inmediatamente, porque había algunos problemas serios con los que teníamos que lidiar.
Nancy: Así es.
Rosaria: Cuando mi madre, que no fue creyente hasta dos días antes de morir, ¡y alabado sea el Señor!, cuando ella vivía con nosotros, y especialmente cuando estaba muriendo, no teníamos veinte invitados para cenar. Eso hubiera sido poco sensible y ridículo.
Entonces tu hogar fluye con tu corazón.
Nancy: Una temporada en la vida.
Rosaria: Es una temporada en la vida. Creo que el punto no es que todos los hogares estén haciendo esto. El punto es que, si ningún hogar está haciendo esto en tu iglesia, ¿qué quiere decir?
Nancy: Bueno, y también en una temporada diferente, estuvieron mostrando hospitalidad de diferentes maneras.
Rosaria: Sí, absolutamente.
Nancy: Entonces, por un período de tiempo, tuviste a tu mamá contigo que te necesitaba.
Rosaria: Sí.
Nancy: Tuviste esos niños en acogimiento temporal, esos adolescentes recién adoptados.
Rosaria: Correcto.
Nancy: Eso es hospitalidad. Y en aquel entonces se veía de una manera diferente a la que se ve hoy.
Rosaria: Correcto. Se ve diferente. Exactamente. Pero cuando la gente tiene miedo. . . Y creo que a veces pensamos de esta manera: «Nos encantaría invitar a nuestros vecinos, pero no sabemos qué va a salir de sus bocas». Y eso es cierto. No lo sabes.
Nancy: O, «¿Cómo vamos a tener una conversación con ellos si sus vidas y sus mundos son tan diferentes?».
Rosaria: Así es.
Nancy: Y anteriormente hablaste sobre las cuestiones filosóficas y teológicas que surgen. Solías ser profesora universitaria y tu esposo es pastor, pero puedo escuchar a algunas personas pensar o decir: no sabría qué hacer si surgen esas preguntas sobre el sufrimiento y las dificultades y por qué le suceden cosas difíciles a la gente.
Rosaria: Bueno, lo que yo te diría es: si simplemente compartes lo que aprendiste en tu devocional esta mañana, bendecirías a este mundo más que cualquier conversación filosófica que pudieras tener con alguien sobre cualquier cosa.
Si alguien te dijera: «No sé por qué existe el mal en el mundo», tú puedes decir: «Los misterios de Dios son algunas de las cosas más difíciles para mí también, pero en mi devocional de esta mañana, estaba aprendiendo cómo Dios responde en abundancia, y porque sirvo a un Dios que es real y que está aquí y resucitó, oraré por ti».
No puedes caminar la vida cristiana por alguien más. Se supone que no debes hacerlo. Tampoco se supone que debes robarle la gloria a Dios al afirmar que tienes todas las respuestas. Pero si les apuntas a lo que aprendiste esa semana en el sermón, lo que Dios te enseñó en Su Palabra, lo que escuchaste en un programa de radio, un programa de radio cristiano que realmente cambió tu forma de pensar sobre algo, eso es enorme.
¿Y sabes la razón por la que tu vecino viene a ti? Tu vecino no viene a ti porque quiere un tratado de filosofía. Tu vecino viene a ti porque eres una persona segura. Te has convertido en un lugar seguro. Y probablemente hayas demostrado que también eres un ser humano, con problemas y preguntas y esperanzas y sueños no cumplidos.
Nancy: Y creo que lo que es tan difícil para las personas, por muy endurecidas que parezcan, lo que es difícil para ellos es reaccionar negativamente ante una preocupación e interés genuinos.
Rosaria: Sí. Correcto.
Nancy: Robert y yo nos hemos encontrado, una y otra vez, a personas con todo tipo de antecedentes y ni siquiera cerca de llegar a la fe, pero cuando les decimos: «¿Podemos orar por ti sobre esto?». Nunca ha habido alguien que nos rechace.
Rosaria: Sí. Creo que lo toman como un interés hacia ellos.
Nancy: Hemos tenido personas que rompieron en llanto, como una mujer que trabaja en un restaurante, porque su mundo está derrumbándose, pero alguien se preocupó lo suficiente como para notarla.
Rosaria: Correcto, mirarla a los ojos.
Nancy: Así que ella ya no es invisible. Es una persona real con necesidades reales a la que podemos decirle: «¿Cómo podemos orar por ti?».
Rosaria: Exacto. Y eso te desarma.
Nancy: Y también abre puertas increíbles a la amistad y luego al evangelio.
Rosaria: Así es. Pienso también que cuando vivimos como miembros del pacto de una iglesia que cree en la Biblia, eso es importante porque el individualismo es el latido del corazón del ateísmo. Lo sabes, ¿verdad?
El individualismo, el «yo encuentro significado solo en mí misma. Encuentro un propósito en mi autonomía», ese es el latido del corazón del ateísmo.
Si las personas ven a la familia de Dios viviendo como la familia de Dios, eso dice algo. Y lo que dice es: «Si estoy en problemas, podría pedirles ayuda porque no tienen actitud de superioridad. Mira a estos cristianos, se necesitan el uno al otro. Son el grupo de personas más necesitadas que he visto en mi vida. Siempre se necesitan mutuamente. Realmente se necesitan genuinamente el uno al otro».
Pero creo que ahí es donde está el punto crucial. No sé si hemos hablado de esto, Nancy, pero hay un versículo que está en mi corazón y ha estado en mi corazón durante años, y es Marcos capítulo 10, versículos 28-30. Pedro de repente se da cuenta de que lo ha perdido todo por causa de Cristo y comenzó a decirle: «¿Ves? Hemos dejado todo y te hemos seguido». Y Cristo le dijo:
«En verdad les digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de Mí y por causa del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras junto con persecuciones; y en el siglo venidero, la vida eterna».
Esas cien veces significa que Cristo ha resucitado. Cristo es real. Le encomiendo mi vida a Él. Lo pierdo todo, pero tengo a la familia de Dios. Sé a dónde voy a vivir. Sé a dónde voy a cenar. Sé que está bien decir que no puedo atravesar estos días feriados sin vivir aquí. Sé que no tenemos espacio, pero haremos el espacio, y sé que será muy acogedor.
Y sé que voy a pasar por ello, porque esas cien veces es una promesa. Es una promesa aquí mismo en el evangelio de Marcos. No va a caer del cielo. Esa no es una promesa espiritual. Eso no es como dice en Efesios: «Les estoy dando todos los dones espirituales». Sino…
Nancy: …la vida aquí y ahora, con todas sus necesidades
Rosaria: Con necesidades físicas: toma este sandwich, ayúdame a sacar al perro por favor. Aquí hay algo importante. Aquí hay una conexión significativa. Aquí está la promesa de que eres un hermano en el Señor, lo que significa que, si bien puedes luchar y batallar contra todo tipo de pecado en este mundo, no tienes que hacerlo solo.
Nancy: Amén, así es.
Rosaria: La Biblia solo registra dos ejemplos de aislamiento que puedo ver. Uno es el martirio y el otro el arresto político. Bueno, a menos que estés llamado a uno o a ambos, no hay razón para vivir de forma aislada.
Nancy: Y por el contrario, hay un salmo que dice que Dios pone a los solitarios en familias (ver Sal. 68:6).
Rosaria: ¡Oh, cuánto he dependido de eso!
Nancy: Así que esta es realmente una forma radical de pensar y vivir, abrir nuestros corazones, abrir nuestros hogares, convertirnos en parte de una comunidad de fe que está haciendo esto por creyentes y no creyentes por igual. Es radical, pero también se supone que es común, una forma de vida para nosotros.
Bueno, vamos a retomar esta conversación cuando continuemos mañana con Rosaria Butterfield.
Débora: Ella es Nancy DeMoss Wolgemuth conversando con Rosaria Butterfield. Esperamos que la conversación que ellas han tenido te haya edificado hoy, si es así creemos que disfrutarás el libro de Rosaria llamado «El evangelio viene con la llave de la casa».
Rosaria nos ha estado animando a compartir el amor de Cristo con los demás. Ya sabes, si queremos invertir en las vidas de quienes nos rodean, tenemos que asegurarnos de que estamos llenando nuestras propias vidas con la Palabra de Dios.
Rosaria: Este es el mundo que la Biblia imagina para nosotros. Ese es el mundo que Jesús ora que construyamos en Su nombre.
Débora: Escucharemos la parte final de la conversación de Rosaria con Nancy en el episodio de mañana.
Antes de terminar el episodio de hoy quiero animarte a considerar qué plan de lectura bíblica anual harás este próximo 2025. Creemos que la Palabra de Dios es luz que ilumina nuestro camino y nos guía hacia Cristo. Ser intencionales en conocer a nuestro Señor a través de Su Palabra este próximo año es una de las mejores cosas en las que nos podemos invertir.
Aviva Nuestros Corazones cuenta con 2 planes de lectura de la Biblia en un año, «Mujer Verdadera 365 canónico» el cual consiste en leer toda la Biblia en el orden en que está escrito el canon y «Mujer Verdadera 365 cronológico» el cual consiste en leer toda la Biblia según el orden en el que se dieron los hechos históricamente. Y queremos compartir contigo que el plan de lectura MV365 cronológico tendrá una serie de nuevos recursos gratuitos que no te puedes perder.
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Te esperamos mañana aquí, en Aviva Nuestros Corazones.
Llamándote a vivir el amor de Cristo por medio de la hospitalidad, y a experimentar libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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